Antonio Tejado quiere un cara a cara con su tía María y obtiene una callada por respuesta

Aparte de querer dar su versiónante un juez de los hechos que le han llevado a prisión, Antonio Tejado cuenta a los reclusos que le preguntan en el centro penitenciario Sevilla 1 por su presunta implicación en el robo sufrido por su tía María del Monte, que es inocente y que le gustaría que la mediática hermana de su padre le visitara en la cárcel para darle las explicaciones que sean necesarias, en el sentido de convencerla de que él ni es el autor intelectual del atraco ni mantiene la menor relación delictiva con la banda de ladrones con la que se le vincula.

Pero María hace oídos sordos a esa petición. En el fondo está convencida de que su sobrino favorito la ha traicionado vilmente y no quiere verle ni en pintura. Bastante mal lo está pasando por la simple idea de pensar que Antonio, al que adoraba, es un presunto delincuente. Para ella, sería el peor golpe que le ha traído la vida.

Además, su esposa, Inmaculada Casal, sí que cree en la posible pertenencia de Tejado a la banda de detenidos. Se comenta en su entorno que la periodista sospechó desde el primer momento del sobrino de su pareja.