Declaración de la Renta

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¿Qué ha pasado con aquella Ane Igartiburu comedida que llamaba a media España «corazones» con una eterna sonrisa rubia y una dicción perfecta trabajada en sus años de filología inglesa y arte dramático? Arrancó en julio de 1997 en TVE. A sus 55 años, tres hijos, y dos matrimonios y después de dar 17 años las campanadas en la cadena pública y probar incluso a darlas con Ibai Llanos en su canal de Twich, ya no se corta. Habla de sexo y abre su intimidad al público frente a su blindaje de épocas pasadas. Ha sembrado y bien. Ya nada la puede perjudicar. Y lo argumentamos con datos. Según el estudio de Personality Media, fuente de referencia en el sector del marketing y la comunicación en cuanto al análisis de imagen de personajes públicos se refiere, «Anne Igartiburu es conocida por el 85 por ciento del total de la población y se sitúa entre las 15 presentadoras más conocidas a nivel nacional, entre las 227 presentadoras que componen el estudio», explica Santiago Mollinedo, CEO de Personality Media. Y añade: «Por tener una referencia, es la presentadora más conocida que forma parte de TVE. Por supuesto, a partir de los consumidores de 45 años es donde su nivel de conocimiento es mayor y sube hasta 96 por ciento. Su imagen es muy buena. El caso de una presentadora muy blanca, que entretiene, que agrada al publico y se ha mantenido alejada de cualquier polémica. Tan solo un 8 por ciento de la población la puntúa por debajo del 5 por ciento». Lo cierto es que su faceta como imagen de marcas la combina a la perfección, no encontrando más rival que Samantha Vallejo- Nágera. La hemos visto recientemente anunciado angulas de Las Angulas del Norte, mejillones con Aguinamar, siendo la cara (y los pies) del calzado natural Amarpies, los ojos de óptica 2000, presentando la gala de Acnur por los refugiados y recientemente en una comida en el Casino de Madrid avalando a Pleniage, una marca que propone suplementos para envejecer de manera saludable. Anne ha preparado con acierto su plan B y no solo como mujer anuncio. Hace unos años se convirtió en «coach», consiguiendo la certificación oficial del Instituto Europeo de Coaching. Tiene la Certificación Sikkona, el Coaching de Parejas y el Coaching Grupal. Además, tiene formación en Mindfulness con Alejandra Vallejo-Nagera y está certificada en Lego Serious Play, una metodología que utiliza el juego de Lego promoviendo un aprendizaje reflexivo basado en una nueva forma de actuar y pensar. Estas facetas la divulga en su cuenta de Instagram
Unida a TVE desde hace casi 30 años, y con 8.000 programas a sus espaldas, Anne es -con permiso de Jordi Hurtado-, la presentadora más longeva de la pequeña pantalla. Lejos de pensar en la retirada, vive una segunda juventud con «D Corazón», el rebautizado «Corazón» de toda la vida del ente público, que cambió de nombre a principios de año. El paso de los años la ha hecho ganar en naturalidad, como demostró hace unos días enfrentándose sin complejos a entrevistas hablando de dinero en el banco y relaciones sexuales en el último mes. Algo impensable para la vasca hace unos años, que ahora se muestra menos encorsetada ante las cámaras. Naturalidad al poder: «Me acabo de terminar de pagar el adosado en La Moraleja», explicó Anne Igartiburu respecto a su cuenta corriente, en una de sus últimas entrevistas televisivas. «Será un millón y algo, entre uno y dos millones (...) sobre el sexo, cero», confesaba.«
Acostumbrada a contar por televisión los vaivenes del corazón de los famosos, una de las críticas que recibía era su doble rasero a la hora de considerar con cierto desprecio a la prensa rosa, a pesar de practicarla. O de no hablar de sus relaciones. Anne tiene a sus espaldas varios fracasos en el amor, algunos incluso después de pasar por el altar. La presentadora vasca se casó hasta en dos ocasiones. Primero, con el bailarín Igor Yebra, en un matrimonio que duró relativamente poco. El bailarín y la presentadora contrajeron matrimonio en septiembre de 2004, en una romántica ceremonia que tuvo lugar en la ermita de San Juan de Gaztelugatxe (Vizcaya). Anne llegó a su boda tres cuartos de hora tarde, el tiempo que necesitó para recomponerse tras subir los 241 peldaños de la empinada escalera que llevaba a la ermita. La pareja comprometía sus votos en una ceremonia bilingüe (castellano y euskera) oficiada por el padre Juan Gallastegui que, como curiosidad, aparte de amigo de la familia conocía a la novia desde niña, ya que le dio la Primera Comunión.
Menos breve fue su matrimonio con su segundo marido, el director de orquesta Pablo Heras-Casado. Su relación duró seis años, entre 2015 y 2021, en los que la pareja tuvo tiempo de convertirse en padres de un niño, Nicolás, que hoy tiene 7 años. Su ruptura, como en el caso del primer matrimonio, no fue traumática. Las largas estancias del director fuera de España, reclamado por orquestas de medio mundo, distanciaron a la pareja, cuya vida en familia se deterioró poco a poco. Muy celosa de su intimidad, Igartiburu blindó la noticia de su separación, que llegó sólo a unos pocos. De hecho, el director llevaba meses fuera del domicilio conyugal cuando se conoció la ruptura. La noticia saltó cuando el director fue visto entrando y saliendo de un piso en el centro de Madrid, cerca del Teatro Real, donde entonces trabajaba. Anne permaneció en el domicilio familiar, un chalet de su propiedad en La Moraleja, Alcobendas. Precisamente, Igartiburu reconocía esta semana que acaba de pagarlo.
La casa familiar no es la única que posee la presentadora, que ha acumulado un patrimonio importante en ladrillo durante estos años. Además de una casa, de herencia familiar, que la joven posee en Elorrio (Vizcaya), su localidad natal y un inmueble en Sotogrande, su patrimonio lo completa un pisazo que posee en una zona cercana al madrileño Teatro Barceló. La casa que está alquilada con una renta que podría alcanzar los 3.000 euros al mes. Además de casas, la presentadora gestiona la fortuna ganada en los últimos años a través de Trikel Izar SL, una sociedad que creó hace 28 años en sus comienzos en la cadena pública. Aunque en sus últimas cuentas de 2023 la sociedad cayó en sus ingresos (desde los 400.000 euros generados en 2022 hasta los 300.000 euros facturados el último año), los números acompañan a la vasca que vive una economía holgada.
Tras dos años sin dar las Campanadas de fin de año en TVE, la presentadora se postulaba esta semana a volver a retomar la rutina de tomarse las 12 uvas con ellas. A estas alturas, ¿quién se resiste a la nueva Ane Igartiburu?
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