
Vulnerable
Así es la vida actual de Junko, la cuñada maldita de Isabel Pantoja
Nos cuentan que la viuda de Bernardo Pantoja se encuentra en una situación delicada y lleva una existencia monacal

La "huida" apresurada de Isabel Pantoja de la Península Ibérica deja algunos polémicos temas sin resolver, uno de ellos es el de la situación de su cuñada Junko, viuda de Bernardo Pantoja, a la que la tonadillera intenta echar de la casa en la que reside en la capital sevillana.
La japonesa vive en una situación económica alarmante, me cuentan que tiene dos pequeñas pensiones, una procedente te de su país natal y otra de aquí.

Lleva una vida muy tranquila, se levanta temprano, hace meditación, se afana en elaborar trajes de flamenca y dibujos que luego plasma en camisetas y sale a andar todas las tardes.
Bernardo sigue presente
Según desvela alguien que la conoce muy bien, Pablo, vecino de su barrio, "tiene a Bernardo en la mente en todo momento, le quería muchísimo y le echa de menos cada minuto de su vida. Tiene el nombre de su marido todo el día en la boca. No ha tenido un amante en su vida. Miente quien dijo lo contrario. Lleva una existencia monacal. Creo que va a orillas del rio Guadalquivir y realiza ofrendas en homenaje al recuerdo de Bernardo, debe ser una costumbre ritual japonesa".
Junko y Luis, conocido en su barrio como Pinocho, presunto hijo biológico de Bernardo, están muy unidos. Él es uno de los grandes apoyos de la nipona con alma española. Se ven varias veces por semana y pasan largas horas juntos. Junko es como una segunda madre para el.

En su entorno nadie entiende la falta de humanidad de Isabel Pantoja, sabiendo, como sabe, la difícil situación que padece su cuñada. Pero, como opina Pablo, "si la cantante no quiere nada con sus hijos, que ya le vale, no le temblará la mano para hacer daño a Junko. Es una mujer con escasa sensibilidad, debería ser más comprensiva, le guste o no, Junko ha formado parte de su familia. Y nunca se ha preocupado de conocerla".
Pero uno se pregunta por qué Isabel ha acabado alejada de todos sus familiares más cercanos a excepción de su hermano Agustín… Por algo será, y ese algo no es nada bueno. Las malas lenguas sitúan al hermanísimo en el centro de todos los desafueros pantojiles.
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