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Opijión

El diario de Amilibia: Feijóo, del albariño a la caña

"Quieren un Feijóo que no crispe, descafeinado, que critique el genocidio de Netanyahu, pero sin llamarlo genocidio"

Alberto Núñez Feijóo, este lunes en Génova 13, durante la Junta Directiva Nacional del PP. Diego PuertaPP

No la he visto muy destacada ni muy comentada, no parece que tuviera mucho eco en las tertulias ni entre sus propios fieles, quizá quedó perdida en la euforia de himnos y zalamerías de aquel Cónclave del PP en julio, pero yo tengo subrayada la frase de Feijóo: «Yo no soy ni seré como Sánchez. Pero además quiero un partido que tampoco me lo consienta. No me lo consintáis: si hago lo que él hace, echadme del partido». Hombre, cantar en un karaoke «Mi limón, mi limonero» no parece razón suficiente para echarle, por mucho que desafine. Y, sobre todo, eso no es algo que haga el Apolo de la Moncloa ni en la intimidad, según me han confirmado fuentes y chorros monclovitas. Está tan entregado a jalear a los manifestantes propalestinos a la izquierda de su izquierda que apenas le queda tiempo de entonar cada noche con la Bego el «Resistiré» del Dúo Dinámico.

Pero Feijóo adjuntó «me gusta la fruta» al vídeo musical. Cuentan que hay barones peperos que están cabreados por la «ayusización» del líder. Quieren un Feijóo que no crispe, descafeinado, que critique el genocidio de Netanyahu, pero sin llamarlo genocidio. Que rechace la inmigración ilegal, pero sin remarcar mucho las expulsiones. Que apoye la justicia social, pero sin caer en la socialdemocracia. Que esté junto a Ayuso, pero no bajo Ayuso. Que hable mucho del centro reformista, pero sin virajes a Waterloo. Que diga que Trump no le entusiasma, pero sin tocarle un pelo naranja al yanqui. Además, dicen algunos barones, ¿a qué viene ese fervor por la fruta, cuando él es más de percebes y centollos? Lamentan que pase del albariño a la caña «ayusista». Quieren un líder cuántico (blando y duro a la vez), pero eso ya lo es el Apolo, ¿no?