Liliana Dahlmann, viuda de la duquesa roja, se defiende tras ser condenada a seis meses de prisión y pagar 278.000 euros

La Audiencia Provincial de Cádiz daba a conocer esta semana que Liliana Dahlmann, viuda de Luisa Isabel Álvarez de Toledo y Maura, más conocida como la “duquesa roja”, la condena a seis meses de prisión y a pagar una indemnización que supera los 278.000 euros. Se trata del último enfrentamiento entre los tres hijos de la duquesa de Medina Sidonia, la “duquesa roja”, contra Liliana, la mujer que le dio 25 años de su vida y con la que se casó poco antes de su fallecimiento.

Ahora se ha hecho saber que recurrirá la sentencia por apropiación indebida de 278.678 euros de una cuenta de la que ambas eran titulares. En su versión se centra en su inocencia y en que la única persona que pudo disponer de la cantidad que en dicha cuenta había era el actual duque de Medina Sidonia, su primogénito Leoncio Alonso González de Gregorio.

José Gómez Villegas, abogado de Dahlmann, informó en un comunicado de prensa que su cliente había renunciado a sus derechos con respecto a la cuenta conjunta que la duquesa y ella tenían. La mayor parte del dinero la había puesto la duquesa de Medina Sidonia y consideró que, tras su muerte, ya no tenía ningún poder sobre ello y debía ir a parar a su heredero universal. “A partir de ese momento mi defendida ya no podía disponer de ninguna de las meritadas cuentas. Y así lo ha mantenido en todo momento”, explica el abogado.

Leoncio pudo acceder sin problema alguno a la cuenta donde estaba el dinero, pero “no logró retirar el saldo en el Barclays por cuestiones burocráticas de la entidad”.

El duque pidió a la que fue pareja de su madre que “facilitara ella” la transacción y diera su autorización como cotitular, cosa a la que se negó porque había renunciado a sus derechos en dicha cuenta. Por consiguiente, el duque puso en 2013 una querella contra Liliana que no se resolvió hasta pasados diez años: “Dicha omisión reiterada en el tiempo puede ser equiparada a una efectiva disposición en concepto de dueño”, dice así la resolución.

“El problema está que esa inicial actitud que pudiera encontrar algún tipo de comprensión, con el paso del tiempo, pese a los requerimientos, a la incoación y devenir de este procedimiento penal, etc. se ha transmutado en una conducta delictiva”, concluye.

El abogado de la viuda mantiene que después de hacer efectiva su renuncia no ha podido manipular nada de la cuenta, por lo que el dinero que se le imputa debería permanecer en dicha cuenta del banco de Reino Unido. “La única persona que podía disponer de la cuenta ante el Banco era y es su adjudicatario por el Cuaderno Particional, Don Leoncio Alonso González de Gregorio”, incide el abogado. De carácter valorativo achaca que la sentencia que condena a su cliente “comete un error de interpretación respecto de las normas por las que se rigen los bancos del Reino Unido tras el Brexit. Ya que la única persona que puede disponer de la misma es su adjudicatario”.