Confesión
Mario Vaquerizo revela por qué no conduce: "No creo en tener coche, creo en tener chófer"
Tras un grave accidente en 2024 que le dejó secuelas físicas y neurológicas, el artista explica con humor y claridad por qué prefiere moverse en taxi o con chófer
Mario Vaquerizo, conocido por su estilo irreverente y sus múltiples facetas artísticas, tiene muy clara su postura sobre la conducción: no le interesa. Y no es solo una cuestión de preferencias, sino también de salud. En octubre de 2024, el cantante sufrió una aparatosa caída durante un concierto de las Nancys Rubias en Cáceres, que le provocó la fractura de dos vértebras. Desde entonces, su recuperación ha sido compleja y ha implicado hospitalizaciones, revisiones constantes y hasta secuelas poco comunes, como el síndrome de "Alicia en el país de las maravillas", que afecta la percepción sensorial y espacial.
Bajo seguimiento médico
Uno de los episodios más preocupantes fue la pérdida temporal de visión, que obligó a su reingreso hospitalario en Madrid. Aunque actualmente se encuentra mejor, Mario sigue bajo seguimiento médico, lo que ha reforzado su negativa a ponerse al volante.
"Yo no creo en tener coche, creo en tener chófer", sentenció recientemente en el programa "Late Xou" de Marc Giró. En esa misma entrevista, también expresó su amor por los taxis, a los que definió como "el servicio público más importante que hay en la vida", atribuyendo a los taxistas una singular habilidad cerebral: "Tienen muy desarrollado el hipotálamo porque aprueban un examen sobre cómo están las calle".
Aunque con su habitual sentido del humor, Mario deja claro que su negativa a conducir no es caprichosa. Tras el accidente, su relación con los vehículos se limita a coches de choque -una afición desde niño-, aunque él mismo bromea con que lo echaron una vez de una feria por atropellar a varios niños.
Hoy, Vaquerizo prioriza la comodidad y la seguridad, apostando por alternativas como el transporte público o privado con conductor. Entre bromas sobre subastas de arte y la vida urbana, el artista lanza un mensaje claro: hay muchas formas de moverse, pero no todas encajan con todos. Y, en su caso, el coche propio no es una de ellas.