Sevilla se viste de gala para la boda de Javier Solís, sobrino del duque de Alba, con Alejandra García Insa

La familia del duque de Alba se ha vestido con sus mejores galas para irse de boda. Los contrayentes son Javier Solís, sobrino de Carlos Fitz-James Stuart Martínez de Irujo, y su novia, Alejandra García Insa, farmacéutica de profesión en nómina para Abbie. Un enlace que ha tenido a Sevilla como telón de fondo y que ha congregado a lo más granado de la sociedad hispalense en la parroquia del Santísimo Corpus Christi. Como marca la tradición familiar y como ya han hecho sus primos, Fernando y Carlos, fruto del matrimonio del duque con Matilde Solís, el novio escogió para pronunciar el ‘sí quiero’ el uniforme de gala de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, con su característica chaqueta roja con detalles en oro.

Javier Solís se presentó en el templo sevillano muy nervioso, pese a hacerlo del brazo de su madre, Inés Benjumea Alarcón. Era un momento único en su vida y siempre lo recordará como uno de los más mágicos, cuando tras recorrer la distancia hasta el altar y aguardar el tradicional tiempo de espera, se reencontraba con su amada, dispuestos a pronunciar los votos y jurarse amor eterno que les convertirían en marido y mujer.

Así, llegó instantes más tarde la novia, desvelando con ello el secreto mejor guardado de toda boda que se precie: su look nupcial. Como correspondía, lo hacía del brazo de su padre, que ejercía el importante papel de padrino en el enlace, pero cediendo todo el protagonismo a su hija, a quien entrega en matrimonio a su novio.

El vestido de la novia no ha defraudado a los expertos en moda, recalcando especialmente que la pieza elegida define a la percepción su estilo personal. Así, el traje, de corte clásico, manga francesa, escote cuadrado coronado con delicados bordados y falda con gran volumen terminado en una larga cola. Le sentaba como un guante, acertando también con los complementos, que van más allá del tradicional velo. Así, destacaba la diadema de brillantes sobre su melena recogida en una trenza, que dejaba ver los pendientes de diamantes y zafiros escogido para tan importante ocasión.