
Polémica
Valeri, de Escassi a Ábalos: la erótica del poder o el poder de la erótica
La joven asegura tener pruebas que comprometen al exministro. Una vez más, la crónica rosa se funde con la política

Dicen que el poder seduce. Y, a menudo, acaba seducido. Pese a los aspavientos de los autoproclamados guardianes de la seriedad periodística, la línea que separa la crónica política de la rosa es más delgada de lo que muchos quieren admitir. Las pasiones desatadas, las traiciones íntimas y los secretos de alcoba han sido, en más de una ocasión, el detonante de terremotos institucionales. Basta con recordar aquella entrevista en la que una dolida Mayte Zaldívar fue desgranando las primeras pistas de lo que terminaría siendo la trama Malaya. El último capítulo de este folletín político-emocional lo protagoniza José Luis Ábalos, cuya vida íntima –ya sea sentimental o tarifada– se encuentra íntimamente ligada a las sombras del caso Koldo.
Valeri Cuéllar ha sido la última en sumarse a la larga lista de mujeres que han pasado por la vida –o por la cama– del exministro. Se trata de una joven colombiana que se anuncia a sí misma como «transexual», etiqueta que en su caso trasciende de la reivindicación de identidad, puesto que así se cotiza mucho más en el perverso mercado sexual. Reconoce sin tapujos que se gana la vida con el oficio más antiguo del mundo, y asegura que es una de las chicas de las que Ábalos habla en sus polémicas grabaciones de voz. Su nombre acaba de irrumpir en las secciones de Política de los diarios nacionales, pero es una vieja conocida para la prensa del corazón.
Ella dinamitó la relación de Álvaro Muñoz Escassi y María José Suárez, después de revelar a la modelo que el jinete contrató sus servicios. No reparó en airear los vicios ocultos del que hasta entonces se perfilaba como el eterno galán, que habría llegado a Valeri a través de la misma agencia con la que, siempre supuestamente, contactó Ábalos. Una sociedad con olor a puro y una integridad moral cuestionable que ofrece «scorts» y chicas de compañía a las más altas esferas, entre cuyos clientes destacan los de siempre: hombres de Estado, empresarios millonarios y futbolistas.
4.000 amigos varones
Valeri responde al perfil de mujer que intenta buscarse el pan al precio que sea, incluido su cuerpo. No lo ha pasado bien. Desde su llegada a España ha transitado por Murcia, Santander, Madrid o Palencia, donde en 2021 sufrió una brutal agresión tránsfoba a manos de varios hombres, que le provocaron graves heridas en la cara. Una nómada que ha hecho de los hombres su principal forma de vida, a los que se ofrece no solo a través de la agencia, sino también con sus redes sociales.
En Facebook, por ejemplo, tiene más de 4.000 amigos, casi todos varones, un lujurioso círculo que cuenta con perfiles de todo tipo, desde un actor porno hasta un participante de «La isla de las tentaciones». Un entorno variopinto que refleja su inclinación a la farándula y el escándalo. Puestos en contacto con alguno de ellos, aseguran a LA RAZÓN que no la conocen, quizás por miedo, pudor o discreción, esa cualidad que tanto valoran los consumidores de estos servicios y de la que Cuéllar ha demostrado escasear en los últimos días.
La de la negación es una dinámica a la que se ha sumado Ábalos, que insiste en que jamás ha tenido un encuentro con «este ser», un término por el que ella baraja emprender acciones legales por un posible delito de odio. Por su parte, Cuéllar asegura que tiene pruebas que avalan su versión y que si hace falta «las enseñaré donde tengo que enseñarlas, ante un juez». Lo que le faltaba al exministro es otro lío legal.
El caso es que Valeri ha irrumpido con fuerza en la escena nacional, satisfaciendo ese afán de protagonismo que se detecta en todas sus intervenciones. Será de esos personajes cuya popularidad se hunde tan pronto como subió, y lo más probable es que dentro de pocos meses su nombre caiga en el olvido de la opinión pública, pero estos días ha demostrado que el poder de la erótica es tan fuerte como la erótica del poder. Se trata de convertir la sexualidad en empoderamiento, en una herramienta para afirmarse y resistir.
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