Opinión

La crónica de Amilibia: Ojo, Irene Montero, que viene Sean Penn

Sean Penn
Sean PennSARAH MEYSSONNIERREUTERS

La gran cuestión filosófica es ahora «por qué dan tanto miedo nuestras tetas», según canta Rigoberta Bandini. No va a Eurovisión, pero es el himno oficial del feminismo. No sé exactamente si la teta que mostró la cantante es la derecha o la izquierda, pero está claro que estamos ante una teta global, transversal, casi centrista, que ha servido para unir al feminismo, a las trans y no trans, a las que lloran y las que maman, a las Monteros y las Calvos. Ahí está la teta como símbolo del empoderamiento femenino. Los franceses tienen el suyo en Marianne, «La libertad guiando al pueblo» que pintó Eugène Delacroix. Nos ganan por una teta, porque la «femme» revolucionaria francesa muestra las dos.

Lleno de dudas me tiene la Rigoberta de la teta, porque yo no sé a quién le dan miedo las tetas. ¿A los bebés que prefieren el biberón? ¿A los mastrofóbicos (miedo irracional a los pezones)? ¿A los que aún multan el topless? ¿A los talibanes? Nos inventan un miedo nuevo cuando estamos saturados de ellos. Entonces llega el actor Sean Penn, que entra en el «saloon» como un John Wayne con el colt en la diestra, y suelta con un par y sin encomendarse a santa Irene: «Los hombres se han vuelto salvajemente feminizados». Y ha rematado: «No creo que para ser justos con las mujeres debamos convertirnos en ellas. Hay muchos genes cobardes que llevan a las personas a renunciar a sus vaqueros y ponerse una falda».

Lo lapidan en las redes sociales y se espera que, sin soltar la teta, Irene Montero lo cancele de un momento a otro por menospreciar a todo el LGTBI. Este año tampoco darás el pregón del Orgullo Gay, Penn.