Opinión

La crónica de Amilibia: Gabilondo olvidó el chuletón al punto

El libro de Iñaki Gabilondo acaba de salir al mercado
El libro de Iñaki Gabilondo acaba de salir al mercadolarazon

Iñaki Gabilondo pasó por «La Resistencia» y le regaló a David Broncano una coña: la letra del himno nacional que ha escrito junto al chef José Andrés, convencidos ambos de que «el elemento más vertebrador de España es la gastronomía». Cantó Iñaki al ritmo del chuntachunta: «pulpo, gazpacho, tortilla de patatas, un plato de jamón/ migas, paella, lechazo, pan tumaca, salmorejo y papas con mojo picón…». Y al final: «Pisto, cocido, fabada, sobrasada, pescaíto frito y bacalao al pilpil/ grelos, croquetas, patatas bravas, marmitako y cordero al chilindrón». Supera al de Marta Sánchez en calorías, pero no sé si los de la cola del hambre podrán cantarlo con la boca hecha agua.

Es cierto que la gastronomía nos vertebraba. Pero al precio que se han puesto los alimentos y la carta de los restaurantes, más bien nos va a desvertebrar: a un lado los clientes del Banco de Alimentos y al otro la lista de la revista «Forbes» y los miles de asesores del Gobierno. Mirando a Irene Montero, la ministra de Igualdad, diría que ahora mismo nos vertebra lo trans y poco más que lo trans. Vivimos en un prefijo que significa «al otro lado» o «a través de». Parece que aquí todos aspiramos a un cambio de sexo, aunque ya ha advertido Javier Maroto que «no se puede pasar de mujer a hombre en dos minutos» ni viceversa, me imagino: en los casos de marcha atrás a ver quién te devuelve, ay, el pene seccionado.

Estamos en una transición sin cuajar, en una eterna disforia: a muchos no nos gusta el género de mala calidad que nos gobierna. Pero Él no está dispuesto a transitar: adora sus hechuras y sólo aspira a seguir como está y donde está. Iñaki Gabilondo olvidó el chuletón al punto.