Entrevista
Gorka Otxoa: "Sé de parejas que se han abierto gracias a 'Machos alfa'"
Habla con LA RAZÓN sobre el éxito de la serie de Netflix o su negativa, de momento, a ser padre junto a su pareja
Da vida a uno de los cuatro amigos que han sacado varias carcajadas a millones de espectadores en todo el mundo con “Machos alfa”. Gorka Otxoa acaba de rodar la tercera temporada de la ficción de Netflix, de la que promete será tan divertida como las dos anteriores, y compagina este con otros proyectos que están por venir de los que “todavía no puedo decir nada”.
Atiende a LA RAZÓN “celebrando la amistad verdadera” de la mano de Brugal, y presume ante quien esto escribe de tener “muchos amigos. Además, como tengo dos vidas, en Donostia y en Madrid, tengo a mi gente en las dos ciudades. Siento que tengo bastantes amigos de verdad”.
¿Es más difícil mantener a los amigos de toda la vida con un trabajo como el suyo, con rodajes interminables?
Yo creo que no, lo que veo que te quita tiempo para cuidar a los amigos es la paternidad. Sí he perdido mucho contacto con amigos que han sido padres en los últimos años. Ellos hacen nuevas amistades, como los padres del colegio que se mueven más en su mundo, los planes son diferentes, las prioridades varían… Yo soy muy noctámbulo y soy más de cenar y pasar la noche en casa de un amigo, y cuando tienen niños la cosa se complica. Son mundos muy diferentes y todo gira en torno al niño o la niña, y lo entiendo, claro.
¿Ha sentido la presión de tener hijos por su círculo de amigos?
Tengo varios amigos y conozco a parejas que ya tienen claro que no van a tenerlos. Cada uno hace su camino y aunque la presión social está, no tiene nada que ver con lo de hace treinta años. Es verdad que muchas veces la ola te lleva a ese punto, pero como también estoy rodeado de gente que no quiere tener hijos, yo no siento esa presión. No sé qué pasará en un futuro, pero ahora estoy muy feliz y tranquilo como estoy.
¿Y qué planes tiene de futuro?
A corto plazo te diré que acabamos de terminar de rodar la tercera temporada de “Machos Alfa” y después me iré a Brasil con mi chica, que me apetece muchísimo. Tengo un par de proyectos de los que no me dejan decir nada, ya sabes, pero sobre “Machos Alfa” te diré que nos hemos divertido mucho haciéndola y que los guiones son igual de brillantes que las otras dos temporadas.
Dice que va a Brasil… ¿Ha notado el reconocimiento internacional a raíz de “Machos Alfa”?
Sí. De hecho, cuando se estrenó la serie yo estaba en Panamá, y las primeras personas que me reconocieron por la calle por la serie fue allí. Luego volví a España y fue una locura. Era Navidad y todo el mundo hablaba de la serie, en las reuniones familiares… Recuerdo que me pararon unos chavales muy jóvenes en Moncloa y me dijeron: ‘Te estamos viendo todos, nos encantas’. En Argentina y Uruguay también se ve mucho la serie, puede que incluso más que en España. Nos escribe mucha gente por Instagram de sitios muy diferentes, desde Italia a Hungría. Me han reconocido en varias ciudades de Europa, mi chica me decía que era casi peor que en Madrid (risas).
¿Y se siente cómodo con ese reconocimiento?
Hay una parte que hace mucha ilusión porque ves que tu trabajo se ve y gusta. La gente además siempre suele ser muy amable y te dice cosas muy bonitas. Pero sí es cierto que valoro mucho la intimidad y la tranquilidad en mi vida, así que preferiría que nadie me reconociera, sobre todo en el extranjero, que cuando viajo es precisamente para desconectar de todo. Ojalá pudiera seguir trabajando como ahora pero sin que me reconociera nadie por la calle, pero eso no puede ser en este curro.
En la serie tratan temas muy importantes en materia de feminismo, ¿tuvieron miedo de ser ‘cancelados’ en un momento de tanta polarización al respecto?
Sí llegué a plantearme que la parte mala de Twitter o la ultraderecha podría hacer la típica campaña para que no se vea la serie. Pensé: ‘Nos van a caer buenas hostias’. Pero al final no ha caído ninguna (risas). Siento que a la mayoría de la gente le gusta la serie, a feministas e incluso a machistas, lo cual es curioso. Imagino que cada uno se lo lleva a su terreno, porque lo bueno que tiene la serie es que no es un panfleto que te dice qué pensar. Se plantean temas que a la gente le viene muy bien escuchar: micromachismos, heteropatriarcado, comentarios fuera de lugar, gestos del día a día… Así que si un pedazo de machista ha recibido el mensaje, aunque sea a base de risas, y se ha planteado algunas cosas, me parece un logro absoluto.
¿Se las han planteado usted o sus compañeros de reparto?
Sí, por supuesto. He detectado muchos micromachismos, formas de hablar que tenemos, y de actuar. Yo tengo un poco de mi personaje porque siempre he tenido conciencia con el tema del feminismo e intento, con mis cagadas, hacerlo mejor cada día. De hecho, he tenido bronquillas con algunos amigos por corregirles algunos comentarios. Ellos me dicen que solo están de broma entre colegas, pero así es como se perpetúa el patriarcado. Intento poner el foco en palabras y términos que utilizamos que hay que cambiar, y aunque ya tenía esa base, he aprendido mucho más a raíz de la serie.
También he descubierto mundos muy ajenos a mí. Por ejemplo, en la segunda temporada se habló de los hombres heterosexuales que quedan en grupo para masturbarse entre ellos. Estoy descubriendo mundos que no sabía que existían. También sé de parejas que han decidido abrir su pareja a raíz de la serie.
Por último, si el mundo se acabara mañana, ¿qué le pesaría no haber hecho todavía?
Como soy muy viajero, tengo clavada la espinita del Camino de Santiago, que no lo he hecho nunca y estoy deseándolo.
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