De viernes
José María Almoguera desvela que contrató un mediador para firmar la paz con Carmen Borrego
Para defender que él no busca estar en conflicto con su madre, ha confesado que ha ido a un psicólogo especializado en familia con ella
Carmen Borrego y José María Almoguera se han sentado en un plató de televisión a solucionar sus problemas. Eso que no lograron conseguir en la consulta de un psicólogo especialista en conflictos familiares, del que no se tenía constancia alguna hasta la fecha. Una iniciativa entre ambos, a espaldas del público, que se ha puesto en juego esta noche en ‘De viernes’. Ha sido el hijo quien ha confesado este movimiento oculto a ojos de la prensa y con el que se trató alcanzar la paz cuando se declaró la guerra. Algo que en su día fracasó, de ahí lo que hoy acontece en directo ante España. Después de llegar en coches por separado, mirarse desde la lejanía en gradas opuestas del plató y verbalizar sus nervios. Ambos quisieron sentirse cómodos a la hora de defender su dolor y explayarse en sus reproches. Primero lo hizo la madre, que incluso ha llegado a tensar la cuerda un poco más al sentenciar que “no vengo a solucionar nada” y que tampoco tenía intención de “un careo con mi hijo”. Estaba por verse.
Pero después le llegó el turno al hijo. A sus 34 años, acaba de abrazar la fama que durante toda su vida ha esquivado. Lo hace declarándole la guerra a su madre a golpe de exclusiva, pero en su debut en un plató de televisión, el de la semana pasada, le tendió la mano a su madre para tener un nuevo acercamiento y que recuperase el papel de abuela que le había arrebatado. Tras escuchar lo que ha dicho su madre, mantiene que “hay ciertas cosas que no comparto y que no comprendo, pero no me ha molestado nada”. Llega conciliador, esquivando la tensión planteada inicialmente por su madre. Reconoce que hay cosas que su madre ha hecho mal por mero desconocimiento de su situación, pues siempre se ha refugiado en sí mismo y ha protegido a los suyos de su propio dolor. Por ejemplo, cuando su matrimonio con Paola Olmedo hacía aguas: “Es posible que ella no supiera ciertas cosas de mi relación con Paola. A lo mejor me equivoqué a la hora de ocultar ciertas cosas. Mi madre sabe cómo soy yo, no creo que me viera bien. Sé que soy una persona bastante hermética. Que yo no haya tenido esa conversación con ella... ella sabía que había tenido problemas en mi matrimonio”.
Pero quizá lo que más ha sorprendido a propios y extraños de su tercera entrevista en ‘De viernes’, la segunda en plató, es ese paso que trató dar para llegar a la paz con su madre a través de un mediador: “Yo puse de mi parte para solucionar esto. Propuse un mediador para arreglarlo con mi madre. Fuimos a un psicólogo para intentar solventar nuestras diferencias”. Su madre alucinaba en pantalla detrás de él por desvelar este detalles. Su guerra viene de lejos, de dos años atrás, y emplaza este intento de recuperar su vínculo y solucionar sus diferencias un año atrás: “Ya habían pasado los audios, yo ya era padre. De ahí no salimos bien, porque al final todo lo que yo digo se toma como un ataque. No estoy hablando con ella, estoy hablando con un psicólogo para darle mi opinión. Simplemente yo sí puse de mi parte para solucionarlo (…) Es una terapia con un profesional de lo cual es completamente privada. No hay voy a explicar lo que pasó. Solo he dicho que no acabó bien la sesión. Es una cosa más que pasa que al final a mí me duele, porque el único que tiene interés en solucionar esto en privado soy yo. No soy una persona rencorosa, pero no puedes venir a decir que por qué estamos así”.
Y es que José María Almoguera se ha sentido señalado por no haber expresado su dolor, como así lo ha hecho Carmen Borrego en numerosas ocasiones en televisión. Ahora defiende que también lo ha pasado mal al estar distanciado de su madre: “Hay una cosa que a mí no me ha gustado durante este tiempo. Después de un año es la primera vez que se pone delante de una cámara para decir que no soy un mal hijo. Hemos tenido problemas madre e hijo, pero no he dado problemas graves”, reclama la limpieza de su historial, después de ponerse sobre el tapete problemas del pasado que ensuciaban su buen nombre tras dar jaque a su madre en el kiosco rosa. Ahora parece dispuesto a enmendar sus errores. Eso sí, llegado el momento, rechaza ver a su madre en plató, pero le manda un beso antes de irse a su casa. Carmen se ha quedado con las ganas y su rostro no ha evitado mostrar lo mal que ha encajado el rechazo.
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