De viernes
José María Almoguera ofrece la paz a Carmen Borrego y ella llama corriendo para aceptarla
No quiere privar a su madre de su papel como abuela y gracias a eso se ha obrado el milagro. En parte, porque él ha zanjado rápido la conversación
José María Almogueralleva siete meses en pie de guerra contra su madre, aunque en realidad lleva más sin hablar con ella, pues rompió lazos cuando Carmen Borrego se encontraba en ‘Supervivientes’, a golpe de exclusiva. A la vez que anunciaba su separación de Paola Olmedo cargaba contra su madre y le acusaba de todos sus males, aunque reconoció mucho tiempo después que en realidad arrastraba una depresión y eso dinamitó su matrimonio y que no era culpa de ella como había dicho al principio. Aun así, mantenía las distancias e incluso le ha llegado a retirar la cara cuando se han cruzado en los pasillos de Telecinco. Ahora, desde el paltó de ‘De viernes’, después de muchísimas súplicas de Carmen, parece que es posible un acercamiento. De hecho, ella ha levantado el teléfono -juró que no lo haría- y ha aceptado la propuesta de su hijo en directo, dejándolo sin palabras. Ha sido inesperado, quizá ni él mismo es consciente del puente que ha tendido para solucionar todo, pues hace solo unas semanas atrás mostraba una opinión radicalmente opuesta. Pero si defiende que ha cambiado su parecer sobre la fama y vivir de vender la vida privada, por qué no también replantearse el perdón a su madre. Con matices, claro está.
La guerra parecía no tener fin, pero este viernes 4 de octubre se podría escribir el primer capítulo para cerrar la etapa beligerante. Carmen Borrego ha llorado mucho, en los platós, entre bambalinas y en casa. Le han dado ataques de ansiedad y ha precisado ayuda profesional para afrontar los ataques de su hijo. Él parecía ajeno a su dolor y seguía adelante en su afán de ser famoso. Se escudaba en su derecho a contar su verdad y de cambiar el rumbo de su vida y se negaba a dar el brazo a torcer con ella porque no estaba preparado y necesitaba antes sanar. Esto último sigue manteniéndolo, pues considera que es primordial sentirse cómodo en su propia piel: “Lo primero que tendría que pasar es que yo volviese a ser yo. Que yo termine de pasar todas las situaciones que estoy pasando y sanar”.
Esto implica mantenerse alejado de su madre durante un tiempo prudencial, pues no le beneficia nada estar bajo su amparo y presión: “Volver a enfrentarme a tener una relación, cuando uno no está bien, no puede hacer feliz al otro. Hay que estar sano para poder hacer feliz a otra persona”, se mantenía firme en su pretensión de cuidar su salud mental antes de exponerse al reto de reconciliarse con su madre. Pero quiere dejarle claro que eso pasará, que en algún momento se sentarán a arreglar las cosas, a decirse todo lo que se han dicho a través de los medios, de poner los puntos sobre las íes o, directamente, hacer borrón y cuenta nueva y ser felices como eran antes de que los problemas al contar los euros les enfrentase.
Al menos ahora sí por el bien de su hijo, quien está creciendo alejado de su abuela, lo que finalmente ha entendido que es injusto para ambas partes y egoísta por la suya privarles de tener una relación. “No tengo problema en pedírselo a ella. Te pido que, por favor, tengas paciencia. Yo me he equivocado en cosas”, reconoce al final, después de mantenerse firme en que iba a “quitar caretas”. La suya la primera, pues es consciente al fin de que ha cometido errores en cuanto a su relación con ella y también con su propio hijo: “Quiero que veas a mi hijo. Quiero que hagas de abuela y no puedo decirte más. Nuestra relación, de momento, no va a mejorar, pero yo no soy quién para privar a mi hijo de estar con su abuela”. Terelu Campos, ya presente en plató frente a su sobrino, estaba encantada de escuchar eso, pero no entiende muy bien la motivación de haberlo hecho estos meses: “Creo que es error mío, de haber separado a mi hijo. Tienes que entender que yo no quería que nadie le pudiera hablar a mi hijo así de mí”, se excusaba él.
Carmen Borrego responde a su hijo en directo
Pero en ese momento Carmen Borrego ha levantado el teléfono y ha entrado en directo para responder a su hijo. Precisamente lo que había dicho que no haría. Que no vería la entrevista de José María Almoguera en directo, para evitar la tentación de llamar. Una madre es incapaz de permanecer ajena a su hijo y más después de ver una posibilidad de acercamiento tan clara: “Creo que mi hijo y yo tenemos muchas conversaciones pendientes. Le agradezco enormemente el ofrecimiento que me acaba de hacer. Creo que los adultos tenemos que entender que los niños no son culpables de nada. Para mí ha sido muy duro. No he visto parte de la entrevista. Él sabe que yo le he escrito hoy. Para mí era muy importante escribirle hoy. Él sabe que yo no he dejado de quererle y que él tampoco”.
Carmen Borrego ha continuado, aprovechando la ocasión para tratar de recuperar el favor de su hijo y buscar una forma de encontrar la paz: “Vuelvo a tender la mano, a mi nieto que es inocente de todo. A él también. No sé si habrá solución a todo lo que ha ocurrido, pero sin lugar a dudas mi lugar de madre siempre estará, aunque me hayan hecho mucho daño. Tengo que reconocer que no es de ahora. Nunca he hablado el daño que se me ha hecho. Le agradezco enormemente que me tienda la mano como abuela, porque él ha tenido dos abuelas maravillosas que lo han querido y lo han dado todo, ambas abuelas. Creo que la equivocación puede ser por parte de todos, yo ya lo he reconocido. Creo que queda mucho por hablar. Eso sí, nunca públicamente. Nunca voy a cerrar la puerta ni a mi hijo ni a mi nieto”, se confesaba, tendiendo puentes, recogiendo el ya presentado, pero subrayando su dolor. José María Almoguera le ha respondido, pues no le ha quedado otra: “Ya hablaremos para ver cómo lo hacemos y ya está”, quiso zanjar la conversación y emplazar para más adelante tan difícil paso entre tanta tensión.
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Pasividad ante la tragedia