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La Yoli pasa la gorra

El presidente aragonés Javier Lambán tiene grandes aspiraciones.

La vicepresidenta segunda Yolanda Díaz, en el Congreso
La vicepresidenta segunda Yolanda Díaz, en el CongresoAlberto R RoldánLa Razón

El presidente aragonés Javier Lambán tiene grandes aspiraciones: «A ver si logro entender qué es Sumar», dice. Difícil. Quizá podría aclararle algo Jorge Javier Vázquez, que después de operarse los párpados ha visto la luz, el blanco resplandor de Yolanda Díaz, y cuentan que ha dejado el Partido Socialista para formar filas en Sumar: el 2 de abril estuvo en el Advenimiento de la Purísima de la Izquierda y ante ella se mostró fervoroso y emocionado.

También podría aportarle algo monseñor Bolaños, que tiene siempre información de primera mano e incluso de segunda, que él lo aprovecha o lo recicla todo. Dicen las lenguas viperinas monclovitas que el ministro de la Presidencia comenta en la intimidad, jocoso, que «Yolanda Díaz es como la IA: su éxito podría ser la perdición de la humanidad».

Cuando Bolaños dice la humanidad se refiere al sanchismo, claro. Así que Sumar viene a ser como la IA: imprevisible. Los expertos señalan que si se descontrola «será imposible saber qué es verdad y qué es mentira». Ya, pero, ¿a quién le importa hoy la verdad? Añaden los científicos que «estaremos instalados en la desconfianza total», como si no fuéramos capaces de alcanzar tal propósito sin la ayuda de la IA.

Como la Yoli es mujer de enorme fe, ahora está haciendo «crowdfunding» para que su partido no dependa de los bancos ni de intereses particulares, dice. Pide 100.000 euros. Poco me parece: Zara, Adolfo Domínguez y Úrsula Mascaró (zapatos) se están poniendo imposibles.

Pasar la gorra es algo escasamente glamuroso. Me imagino a la Yoli dudando ante el espejo (¿qué me pongo para pedir?) y a Lamban cantando su jota: «Para muy bien entender/ qué es eso de Sumar/ luces me ha de encender/ la misma Virgen del Pilar».