Francia

Alegría declara que era un «mandao» pero no de ETA

El tribunal absuelve a una procesada y ordena la busca y captura de otro 

Mirian Campos, que ya ha sido absuelta, y Xabier Alegría, presunto cabecilla de Udalbiltza, llegan ayer a la sala
Mirian Campos, que ya ha sido absuelta, y Xabier Alegría, presunto cabecilla de Udalbiltza, llegan ayer a la salalarazon

Ni actuaban a las órdenes de ETA ni financiaban a la banda terrorista. Los primeros acusados en declarar en el juicio del «caso Udalbiltza» –la asamblea de cargos electos de la que se sirvió la banda criminal, según la Fiscalía, para burlar la ilegalización de Batasuna y mantener su presencia en las instituciones– se prodigaron ayer en negaciones. Uno de sus presuntos máximos dirigentes, Xabier Alegría –condenado por integración en ETA en el macrojuicio contra el entorno de la banda– afirmó con lenguaje castizo que él era un simple «mandao» en Udalbiltza, que otro de los procesados, Óscar Goñi, definió como «un instrumento de paz» que sólo buscaba trabajar en pro de la «nacionalidad vasca».El tribunal –presidido por el magistrado Javier Gómez Bermúdez– comenzó la vista oral ordenando la busca y captura de uno los 22 acusados, Xarlo Etxecaharreta, supuesto jefe de la asamblea de electos en Francia. A renglón seguido, absolvió a Mirian Campos –para la que el fiscal pedía diez años de prisión– al considerar que ya ha sido condenada por los mismos hechos a once años de cárcel en el macrojuicio contra los tentáculos de ETA.Alegría sigue procesado, aunque su condena por integración en ETA en ese mismo juicio hace que ahora únicamente se enfrente a cinco años de prisión por malversación de caudales públicos. Alegría dijo ser «un simple trabajador» que daba cuentas a «cargos electos y democráticos y no a responsables de ETA», informa Efe.Para el fiscal Juan Moral, Udalbiltza era «una plataforma bajo el control directo y exclusivo de ETA» a través de EKIN y la ilegalizada Batasuna, pero los acusados negaron la mayor. Leire Idogaya, ex dirigente de Jarrai según el fiscal y la acusación Dignidad y Justicia, aseguró que trabajó «desde casa» como contable entre octubre del año 2001 y diciembre de 2002, y que «nunca pensó» que en la asamblea de cargos electos se moviesen intereses terroristas.