CEOE

La CEOE aboga por reducir funcionarios

El presidente de la CEOE, Juan Rosell, centró ayer gran parte de su discurso en resaltar la ausencia de medidas adoptadas para reducir el déficit público y en presentar las recetas que, en opinión de la patronal, deberían aplicarse para cumplir con los objetivos de reconducción de las cuentas públicas a la senda de la estabilidad.

El presidente de la CEOE, Juan Rosell, junto al vicepresidente Arturo Fernández antes de dar comienzo la Asamblea General de la CEOE
El presidente de la CEOE, Juan Rosell, junto al vicepresidente Arturo Fernández antes de dar comienzo la Asamblea General de la CEOElarazon

Rosell, quien participó por primera vez en la asamblea general de la CEOE como presidente de la patronal, lamentó que el esfuerzo que está haciendo el sector privado para cambiar el patrón de crecimiento no vaya acompañado del esfuerzo paralelo que deberían hacer las administraciones públicas. Tenemos, según el FMI, un déficit público estructural de unos cinco puntos del PIB «que no hemos abordado», prosiguió Rosell. En este sentido, puntualizó que es «preocupante» que no existan aún los instrumentos necesarios que garanticen la transparencia y el control del gasto de las administraciones públicas.

«¿Tan díficil es realizar un seguimiento trimestral de los gastos?», se preguntó el presidente de los empresarios. Denunció el aumento del coste de personal de la Administración del Estado, que hasta abril siguió creciendo, a pesar de la reducción de los salarios. No es positivo, añadió, que los gastos de las comunidades autónomas aumenten en el primer trimestre un 5%, mientras los ingresos disminuyen un 2%; o que más de la mitad de las comunidades no presenten una evolución acorde con los objetivos de déficit.

Productividad
Los principios, según Rosell son claros: proseguir la reducción del gasto público corriente y, sin embargo, no recortar el gasto en aquellas partidas que inciden sobre la productividad de la economía, como son los gastos en infraestructuras, el apoyo a la I+D, la formación o la internacionalización de las empresas. Incidió sobre todo en el desbordamiento del gasto de personal que se ha producido en los últimos diez años, especialmente en las comunidades.

Para corregirlo no basta, en opinión de Rosell, una reducción del salario de los funcionarios durante un año, sino que se deberían establecer criterio claros para delimitar el personal funcionario del laboral, y reducir el número de empleados públicos en las actividades menos necesarias o duplicadas por otras administraciones públicas. En su dicurso, el presidente de la CEOE, criticó también la subida de impuestos como solución a la crisis fiscal y reclamó una reducción urgente del impuesto sobre el ahorro y del trabajo para incentivar la creación de empleo.

Pero, sobre todo, incidió en la reforma de la negociación colectiva aprobada recientemente por el Gobierno, que calificó de «decepcionante y desequilibrada». Una propuesta que Rosell espera que sea enmendada en el Congreso. En su opinión, es necesaria una negociación colectiva más flexible, que permita, como en otros países europeos, ajustar tiempos de trabajo y costes en épocas de recesión sin tener que recurrir al despido. También urgió a completar el ajuste del sector financiero para que el crédito vuelva a fluir a empresas y familias.

Cuentas para tiempos de crisis
La asamblea general de la CEOE aprobó ayer los presupuestos de la organización para 2011 que contemplan una reducción de gastos del 10,2% respecto a 2010, hasta los 25.742.000, y una disminución de ingresos del 9,9% (25.761.000). La asamblea nombró a Santiago Herrero, presidente de la patronal andaluza, vicepresidente de la CEOE.