Terrorismo

Una matanza de Al Qaida en Argel incendia el Magreb

Decenas de heridos y una ciudad al borde del caos en el peor atentado en Argelia desde los turbulentos años 90.

La Razón
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Tánger- El terrorismo sembró ayer la muerte en la capital argelina. Dos coches bomba estallaron a las nueve de la mañana, con un intervalo de diez minutos, frente al Consejo Constitucional en Benaknun en las alturas de Argel y en el adyacente Tribunal Supremo, situado a escasos metros de la oficina de Naciones Unidas para los Refugiados. El trágico balance conocido a última hora era de más de 60 muertos, entre ellos 11 empleados de la ONU, confirmados por este organismo, y decenas de heridos.

Un autobús repleto de estudiantes que se dirigían a la facultad de Derecho quedó pulverizado. Al menos diez ciudadanos argelinos que trabajaban en las sedes del Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR) y la oficina del Programa para el Desarrollo (PNUD) también resultaron muertos, lo mismo que numerosos transeuntes. Los edificios colindantes quedaron derruidos como si se tratase de un bombardeo aéreo. Las imágenes difundidas por la televisión argelina al final de la mañana eran espeluznantes: casas hundidas, coches reventados, el caos total entre la población y fachadas destrozadas, entre ellas la del Consejo Constitucional de arquitectura morisca y recientemente inaugurado por el presidente Abdelaziz Buteflika.

El Gobierno suspendió las reuniones en curso para permitir a diferentes ministros acudir a los lugares de los atentados. El titular de Interior, Yazid Zaerhuni, se personó en el barrio de Hydra y confirmó la utilización de vehículos cargados de explosivos y la posibilidad de que uno de ellos fuese un suicida, llamando a extremar la vigilancia «porque es fácil cometer este tipo de atentados». El titular de Exteriores, Murad Medelci, se personó en las oficinas de la ONU para hacerse cargo del desalojo y dotar a las misiones internacionales de medios de transporte y oficinas provisionales.

El doble atentado dejó paralizada la capital, tres millones de teléfonos sin cobertura y las arterias de acceso a la misma colapsadas. Se trata de la mayor matanza cometida en Argel desde los años 90. El 11 de abril pasado, otros dos atentados contra la sede del Gobierno y una comisaría, reivindicados confusamente por la rama de Al Qaida para el Magreb Islámico, se saldaron con 30 muertos y decenas de heridos. El permanente despliegue policial y el aumento de efectivos de los servicios de Inteligencia y Seguridad no parecen haber servido de gran cosa.

La carnicería ha coincidido con una serie de acontecimientos que han sacudido estos días atrás la vida económica y política en Argelia, y poco tiempo después del asalto de un autodenominado «Movimiento por la Autonomía del Sahara» al aeropuerto militar de Yanet, en el sureste del desierto argelino.

Hace unos días el jefe de Gobierno y secretario general del FLN propuso oficialmente que el presidente Buteflika acceda a un tercer mandato, lo que obliga a cambiar la Constitución, y excluye de facto cualquier sorpresa en las elecciones presidenciales de 2009. En el plano económico estos días han corrido rumores en Argel sobre la congelación de cinco proyectos de construcción presentados por el grupo Emaar que suponen una inversión de 30.000 millones de dólares. Emaar había negociado el paquete directamente con el presidente Buteflika.

A última hora, el grupo Al Qaida para el Magreb islámico (AQMI) reivindicó los atentados. El 6 de septiembre pasado, este grupo reivindicó también un espectacular atentado suicida contra el cortejo del Presidente Buteflika en visita en la ciudad de Batna, dejando 22 muertos y un centenar de heridos, y días más tarde el mismo grupo perpetró un ataque contra un cuartel de la marina en la localidad costera de Dellys.

La Liga Árabe, la UE, el secretario general de la ONU y diferentes gobiernos, entre ellos el de España, han condenado el atentado.