Reino Unido
La soledad del izquierdista Corbyn
A la dimisión de su “número dos” se suman las explosivas declaraciones de un ex asesor de Gordon Brown
El líder laborista, Jeremy Corbyn, no ha podido tener un inicio de campaña más humillante. El diputado Ian Austin -el mismo que en su día asesoró a Gordon Brown y a su sucesor Ed Miliband- ha pedido directamente el voto para el actual primer ministro y candidato del Partido Conservador, Boris Johnson, denunciando que la formación de la que en su día formó parte está ahora controlado por extremistas y antisemitas. «No soy un 'tory'. Esto no es el lugar en el que yo quería estar. Pero no diría que Boris Johnson no sea apto para ser nuestro primer ministro del mismo modo que sí lo digo con Jeremy Corbyn. Creo que el país tiene una importante decisión que hacer y creo que Jeremy Corbyn está completamente fuera de lugar para liderarlo», afirmó ayer en una entrevista con la BBC que explotó cual misil en la campaña laborista. La formación aún se estaba recuperando de la inesperada salida del «número dos», Tom Watson, quien el miércoles por la noche anunció que no se presentará a las elecciones del 12 de diciembre aunque aseguró que su decisión se basa en motivos personales y no en diferencias políticas con Corbyn.
No es ningún secreto que el veterano político -bautizado como el Pablo Iglesias británico- no goza de especial simpatía en un importante sector de sus filas. En 2015 fue elegido, al fin y al cabo, por las bases y muchos diputados no comparten el giro radical que ha dado a la formación. Pero en campaña electoral todos hacen piña conscientes de todo lo que está en juego.
Y en este sentido, la incendiarias declaraciones de Austin no ayudan precisamente a presentar como una alternativa creíble de Gobierno. Austin abandonó en febrero el laborismo, pero ha seguido en la Cámara de los Comunes como diputado independiente. Ahora no solo considera que Corbyn ha fracasado para luchar contra el antisemitismo en el seno de la formación, sino que ha advertido de que sus políticas económicas pondrán en riesgo las inversiones y acarrearán pérdidas de puestos de trabajo.
Austin, cuyo padre adoptivo era una refugiado judío que huyó de los nazis, subrayó que no puede aceptar lo que ha considerado como un auge del antisemitismo en el Partido Laborista durante el mandato de Corbyn. «Los más vergonzoso para un partido que tiene un orgulloso historial de lucha por la igualdad y rechazo al racismo es que el Partido Laborista ha sido envenenado con el racismo antijudío bajo su mandato», argumentó.
El Partido Laborista ha rechazado las acusaciones de antisemitismo después de Corbyn, un veterano defensor de los derechos de los palestinos, se hiciera con el mando de la formación. En julio, el Partido Laborista subrayó que están «opuesto implacablemente al antisemitismo». Pero las críticas de Austin no se quedaron ahí. Recalcó que la apuesta del Partido Laborista por renegociar con la Unión Europea un nuevo acuerdo del Brexit para someterlo luego a un nuevo referéndum -donde Corbyn aún no ha aclarado si haría campaña por la permanencia- es «una completa fantasía». El complejo divorcio con el bloque es el protagonista de esta campaña tres años después del histórico plebiscito.
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