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Merkel intenta apagar el fuego de Macron en la OTAN

Alemania propone crear un grupo de expertos para “recobrar la confianza” y redefinir los objetivos estratégicos de la organización militar en el 70 aniversario de su fundación

NATO Ministers of Foreign Affairs meeting in Brussels
Jens Stoltenberg (derecha), secretario general de la OTAN, con Mike Pompeo, secretario de Estado de EE UU, en la cumbre de la Alianza este miércoles en Bruselas-/NATO/dpa-/NATO/dpa

Después de la tormenta llega la calma. Tras el incendio ocasionado por las palabras del presidente francés, Emmanuel Macron, al asegurar que la OTAN se encuentra en “muerte cerebral”, la Alianza intenta disipar cualquier atisbo de división. El objetivo es llegar a la cumbre de los días 3 y 4 de diciembre en Londres como una familia bien avenida que celebra los 70 años de vida mirando hacia el futuro, a pesar de las incertidumbres que se ciernen sobre el horizonte.

“La OTAN sigue siendo indispensable para nuestra seguridad. A pesar de nuestras diferencias somos más fuertes juntos”, repitió ayer el secretario general de la Alianza, Jens Stontenberg, en su enésimo canto a la unidad de los últimos días, a la vez que volvía a incidir en la necesidad de que Estados Unidos y la UE sigan trabajando juntos en la seguridad colectiva.

A pesar de esto, nadie puede negar que las palabras de Emmanuel Macron han puesto luz y taquígrafos a muchas de las dudas que circulan desde hace meses por los pasillos de la Alianza y que son compartidas, en privado, por numerosos diplomáticos. Algunos aplauden fuera de micrófono al presidente francés por poner los puntos sobre las íes, pero creen que le han fallado las formas y que su tono excesivamente apocalíptico, lejos de plantear soluciones, puede crear nuevos problemas ante una situación muy delicada, con Rusia y China, además, ganando influencia y poderío militar en el mundo.

El debate parece un torrente incontenible que marcará esta próxima cumbre en Londres, pero se trata de acotar los términos para que la empresa no fracase. Consciente del envite, y con ánimos de que París no monopolice la discusión, Alemania propuso ayer la puesta en marcha de un “grupo de expertos”, aunque se desconoce el perfil de los sabios.

El propósito es “desarrollar un visión en común” como medida para “recobrar la confianza”, en palabras del ministro de Exteriores de Alemania, Heiko Maas. Aunque parece que la acogida a la idea ha sido positiva, algunos dudan de si Berlín quiere con esta propuesta dinamizar el debate o anestesiarlo. Si bien en Washington no han sentado bien las palabras del inquilino del Elíseo, el secretario de Estado de EE UU, Mike Pompeo, tachó ayer de “razonable” la propuesta alemana de repensar el sentido de la Alianza y definir los objetivos estratégicos de la organización militar.

Soltenberg viajará esta próxima semana a Francia para mantener un encuentro con el presidente francés en aras de abordar cualquier diferencia y calmar las aguas antes de la cita londinense. El mensaje de Soltenberg no puede ser más claro: el vínculo trasanlántico de la Alianza no puede ser reemplazado por la UE y las proclamas de Macron –incluso cuestionando el artículo 5 de defensa colectiva de la Alianza- pueden acabar dividiendo a los socios europeos.

Uno de los mayores peligros reside en la fractura con los países del Este, que ante el peligro de un vecino como Rusia, pueden acabar cayendo en los brazos de Washington -que ha aumentado su presencia en militar zona durante los últimos años- y dando la espalda a sus socios europeos. Otro riesgo está en Turquía, que se acerca cada vez más a Rusia.