Juan Guaidó
¿Qué hay detrás del giro de Sánchez sobre Guaidó?
El presidente español fue el primero en la UE en reconocer al venezolano como mandatario interino. Su pacto con Podemos y la postura de Zapatero han marcado el cambio de posición
“Guaidó es el presidente encargado de Venezuela y eso lo dice España por activa y por pasiva”. Así se expresaba hace unos días la ministra de Exteriores Arancha González Laya en una entrevista con El País. Pero las tornas parecen haber cambiado. Pedro Sánchez se ha referido a Juan Guaidó como “líder de la oposición venezolana” este miércoles durante la sesión de control en el Congreso de los Diputados, consumando un viraje con respecto a la crisis venezolana desde que llegara a La Moncloa en 2018, según denuncia la oposición. La vicepresidenta Carmen Calvo negó, sin embargo, tal extremo: “No hemos cambiado nuestra política en relación a Venezuela, bien saben”.
Tras unos primeros momento de duda, Sánchez fue el primer jefe de Gobierno de la Unión Europea en reconocer a Guaidó como presidente interino de Venezuela en 2019. Lo hacía después de que el Gobierno de Estados Unidos, con Trump a la cabeza, ungiera al líder antichavista como legítimo mandatario y presionara a la UE para que tomara el mismo camino. “No vamos a dar un paso atrás: España va a estar a la altura de lo que se espera de ella. Venezuela puede contar con España”, explicó Sánchez tras anunciar su decisión, consensuada con otros países de la UE.
Era principios de febrero de 2019 y Guaidó, recién nombrado presidente de la Asamblea Nacional, aprovechó un artículo 233 de la Constitución venezolana para autoproclamarse presidente encargado al no reconocer a Nicolás Maduro como jefe del Estado después de las polémicas presidenciales de 2018, cuando se alzó con la victoria en unos comicios que no fueron reconocidos por buena parte de la comunidad internacional.
La decisión del Gobierno español fue un argumento que muchos países de la Unión Europea consideraron antes de reconocer a Guaidó. Una vez más se confirmaba que España era la voz principal en Europa en todo lo relativo a Venezuela. Otra señal de reconocimiento implícito del Ejecutivo socialista hacia la autoridad de Guaidó se produjo el 30 de abril del año pasado. Ese día el líder antichavista llamó a una sublevación militar contra Maduro, pero la intentona acabó fracasando. Lo que sí hubo en esa jornada de caos fue la liberación del dirigente político Leopoldo López, que se hallaba en arresto domiciliario cumpliendo una pena de más 12 años.
López pudo escapar gracias a funcionarios del Gobierno y rápidamente buscó refugio en la embajada de España en Caracas, donde el Gobierno de Sánchez le autorizó a permanecer en calidad de “huésped”, desairando así al Gobierno de Maduro, que considera a López un criminal e instigador de episodios de violencia. Actualmente, el dirigente opositor sigue en la legación diplomática española en la capital venezolana.
La prueba de fuego llegó con el inicio dela gira internacional de Guaidó el pasado enero. Llegó a Londres y fue recibido por Boris Johnson, llegó a París y Emmanuel Macron le hizo un hueco de manera improvisada en la agenda. En Madrid, en cambio, Sánchez no quiso recibirlo, una tarea que fue finalmente asignada a la ministra de Exteriores, Arancha González Laya.
¿Qué había cambiado desde entonces? La oposición del PP, Vox y Ciudadanos y también la oposición venezolana aseguran al unísono que Sánchez es presa del pacto de Gobierno con Podemos. Pablo Iglesias, cercano al régimen chavista, nunca reconoció a Guaidó como presidente interino. Es más, la autoproclamación de Guaidó fue vista dentro de su partido como un golpe parlamentario diseñado por la administración de Donald Trump, el mismo argumento esgrimido por el Ejecutivo venezolano.
En la citada entrevista, la ministra González Laya defendía que la posición del Gobierno español con respecto a Venezuela no ha cambiado, pero sí lo ha hecho “la situación sobre el terreno”. Las esperanzas de cambio para muchos venezolanos parecen haberse difuminado tras el fallido intento de golpe militar de abril. Millones de personas se han ido del país en los últimos años y el nivel de contestación en las calles ha disminuido. “La gira de Guaidó ha sido un éxito pero los cambios no se ven”, asegura el profesor venezolano Arturo Peraza. “Existe miedo y un gran desencanto en la calle. La gente no quiere arriesgarse para quedarse igual”, afirma Javier Enrique González, profesor de la Universidad de los Andes en Venezuela.
Pero también está el factor Zapatero. El ex presidente del Gobierno se involucró en la crisis de Venezuela en 2015 como observador en las elecciones parlamentarias en las que la oposición ganó con mayoría absoluta. Poco a poco fue aumentando el número de visitas a Caracas hasta convertirse en mediador entre las dos partes. En la mesa de negociación abierta en República Dominicana en 2018, Zapatero se decantó finalmente del lado de Maduro cuando éste se negó a realizar concesiones irrenunciables por parte de la oposición. Las fuerzas antichavistas ven al ex dirigente socialista español -que presume de haber favorecido la liberación de presos políticos venezolanos- como un aliado de Maduro disfrazado de mediador.
Guaidó, con Sánchez
Pedro Sánchez parece haber acabado asumiendo el argumento del vicepresidente Iglesias y la postura de Zapatero y ahora califica a Guaidó como “líder de la oposición venezolana”. Este giro se ha amplificado con la visita de Delcy Rodríguez a Madrid, donde mantuvo un encuentro en el aeropuerto de Barajas con el ministro José Luis Ábalos a pesar de que las sanciones de la UE impiden que la vicepresidenta venezolana pise suelo español. Un movimiento que ha suscitado malestar en la administración estadounidense, donde dicen que tienen “muchas preguntas” para España sobre el polémico encuentro.
Y qué opina al respecto el interesado. Preguntado por las declaraciones del presidente español, Guaidó dijo este miércoles tras llegar a Caracas que Sánchez “fue el primero que me reconoció como presidente y lo ratificó en un tuit hace minutos el partido al cual representa”, dijo Guaidó al ser consultado sobre la polémica suscitada por una declaración del presidente del Gobierno español en la que lo llamó “líder opositor” durante la primera sesión de control al Gobierno de la legislatura en el Congreso de los Diputados.
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