África
Máxima tensión en Sudán: golpe de Estado contra el Gobierno de transición
El primer ministro sudanés, Abdalá Hamdok, fue trasladado a un lugar desconocido tras llamar a la población para “defender la revolución” pacíficamente. Las Fuerzas Armadas disparan contra los manifestantes antigolpistas
Triunfó el golpe de Estado en Sudán. El general Abdel Fattah al-Burhan, jefe del consejo soberano gobernante, declaró este lunes ante las cámaras de la televisión nacional el estado de emergencia y disolvió tanto la institución que presidía hasta hoy como el Gobierno de transición que debía regir los destinos de Sudán hasta la celebración de elecciones en 2023. Antes, aún en plena madrugada, los mandos militares golpistas habían detenido a los miembros del gobierno, incluido el primer ministro Abdalla Hamok, quien se encuentra en arresto domiciliario desde entonces por haberse negado a apoyar la asonada.
“Garantizamos el compromiso de las fuerzas armadas con la culminación de la transición democrática hasta que pasemos el testigo a un gobierno civil electo”, aseguró Al-Burhan, quien justificó el golpe en la disputa política. Asimismo, el general anunció la suspensión de algunas disposiciones del documento constitucional que fija la hoja de ruta de la transición política sudanesa.
Entretanto, las tropas del Ejército sudanés, además de fuerzas paramilitares, se encuentran desplegadas por las calles de Jartum, cuyo aeropuerto internacional se halla cerrado. Las conexiones a Internet han sido suspendidas, además de haberse registrado cortes en el suministro eléctrico. La mayoría de los miembros de las instituciones civiles disueltas se encuentran en manos de los militares, aunque se desconoce su paradero. Un ambiente de inseguridad y miedo general reinaba el lunes en la capital del país africano.
El principal grupo opositor sudanés, la coalición de Fuerzas de la Libertad y el Cambio –varios de cuyos miembros se encuentran también detenidos-, exigió hoy al consejo militar la transición del poder a un gobierno civil, así como la liberación de los miembros del Ejecutivo y el consejo soberano. Además, la organización, que suscribió en julio de 2019 un acuerdo con los militares para compartir el poder hasta culminar la transición, instó a la sociedad civil a desobedecer a la autoridad militar y protestar en la calle.
Un llamamiento similar emitió en un comunicado la oficina del primer ministro Hamdok, quien pedía “defender la revolución”: “Llamamos a la población sudanesa a protestar por todos los medios pacíficos posibles”. Otros grupos de la sociedad civil contrarios a la asonada han convocado ya una huelga general.
Las protestas no tardaron en producirse en distintas ciudades del país. La capital, Jartum, registró hoy una nutrida concentración de personas, mayoritariamente jóvenes, exigiendo la constitución de un gobierno civil. Grupos de opositores al golpe se adentraron en los aledaños del cuartel general del Ejército. Frente a quienes piden el fin del poder militar, se manifiestan también grupos de ciudadanos favorables al golpe portando armas.
No en vano, según las agencias internacionales sobre el terreno, se han producido tiroteos y levantado barricadas, lo que augura una ola de violencia en las próximas horas. El Comité Central de Doctores de Sudán informaba en la tarde de ayer de que tres personas habían perdido la vida por disparos y de que al menos 80 personas más habían resultado heridas después de que soldados del Ejército sudanés abrieran fuego contra quienes protestaban contra el golpe. “Estamos dispuestos a dar nuestras vidas por la transición democrática de Sudán”, aseguraba un manifestante a la agencia AFP.
Condenas internacionales
Tampoco las reacciones internacionales se hicieron esperar. El representante especial del secretario general de la ONU para Sudán, Volker Perthes, instó a las fuerzas armadas del país africano a restaurar el orden constitucional y poner en libertad a los miembros del Gobierno de transición detenidos. La Comision Europea ha pedido la “rápida liberación” de los dirigentes civiles sudaneses. Francia, la potencia europea con mayor influencia en el país africano, ha condenado “con la mayor firmeza la tentativa de golpe de Estado” a través de su presidente Emmanuel Macron.
El país africano vive más de dos años de inestabilidad a raíz del derrocamiento del régimen de Omar al Bashir–quien rigió los destinos del país durante tres décadas- en abril de 2019 después de largos meses de protestas. Los militares y líderes civiles han sido incapaces de lograr asentar las bases de una transición pactada y pacífica, un proceso que queda más en el aire que nunca tras la asonada de este lunes.
A la inestabilidad política se suma una grave crisis económica, marcada por los problemas de suministro de alimentos y la inflación. El depuesto gabinete había iniciado la puesta en práctica de una serie de impopulares reformas y llegado a un acuerdo de paz con grupos rebeldes de Darfur.
El golpe de Estado de este lunes se produce algo más de un mes después de otra tentativa golpista de militares y civiles simpatizantes, según el gobierno depuesto, con el ex presidente Al Bashir. Cuarenta militares fueron detenidos. Todo apuntaba en las últimas semanas a que los militares, renuentes a compartir el poder con los grupos civiles, volverían a intentarlo. Un capítulo más, en fin, de una historia como Estado independiente que ha transcurrido mayoritariamente bajo gobiernos militares.
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