Amasa un botín de más de 100.000 euros robándole durante años a sus empleadores: la policía británica

A simple vista, JacquelineFletcher parecía una madre de familia común. A sus 55 años, vivía con su esposo, su pareja desde la adolescencia, y sus dos perros en una modesta vivienda del pueblo de Brinsworth, Inglaterra. Era una figura discreta en una calle donde, según los vecinos, “nunca pasa nada”.

Pero su perfil bajo ocultaba una sorprendente doble vida. Mientras trabajaba como encargada del almacén de pruebas en la comisaría de Attercliffe, en Sheffield, tuvo acceso directo a grandes sumas de dinero incautadas por la policía. En 2013, desvió una partida de fondos provenientes de una investigación, asegurando haberla ingresado en la cuenta oficial del cuerpo policial. Solo transfirió 1.700 euros; el resto , 117.000, fue a parar a su cuenta personal.

Durante un tiempo, su maniobra pasó desapercibida. Fletcher dejó el cuerpo policial en 2015 y no fue hasta 2017, cuando se solicitó un informe en el marco de la Ley de Productos del Delito (POCA), que se detectó el faltante. Las autoridades iniciaron una investigación interna y descubrieron el fraude.

En 2018 fue condenada a dos años y ocho meses de prisión tras admitir cuatro cargos de robo. También se le impuso una orden para devolver 47.000 euros bajo la POCA, que no fue completamente cumplida.

Recientemente, tras reexaminar el caso, la Unidad Regional Contra el Crimen Organizado de Yorkshire y Humber (YHROCU) ha identificado nuevos bienes a su nombre. La justicia le ha ordenado ahora el reembolso íntegro de los 117.000 euros sustraídos. Si no lo hace en un plazo de tres meses, deberá volver a prisión por un año.

Desde su regreso al vecindario, Fletcher ha optado por el silencio. Sus vecinos afirman que apenas se la ve salir de casa y que evita cualquier interacción. “Nunca la ves y nadie realmente habla de lo que pasó”, dijo uno de ellos.

El superintendente James Axe, responsable del Departamento de Normas Profesionales, declaró: “Esperamos que todos nuestros empleados se comporten con profesionalismo, honestidad e integridad. Fletcher no mostró ninguno de estos rasgos, actuando de forma vergonzosa y abusando de la confianza depositada en ella.”.

La jefa de operaciones de la YHROCU, añadió que seguirán trabajando para recuperar activos robados: “Perseguiremos sin descanso las órdenes pendientes de pago e identificaremos dónde se han adquirido nuevos activos que puedan estar sujetos a confiscación, sin importar quién los haya adquirido.”.