Contraofensiva
Los blindados ucranianos rompen la línea del frente en Zaporiya
El avance con los tanques occidentales supone un paso clave en la contraofensiva mientras misiles Storm Shadow azotan el puerto de Sebastopol
Después de meses de combates brutales en el frente Sur, los blindados de la 82ª Brigada de Asalto Aéreo de Ucrania han conseguido romper la línea final de las tres capas defensivas rusas alrededor de Verbove, según fuentes militares ucranianas. Un éxito trascendental que supone el establecimiento de una cabeza de puente para el desarrollo de la contraofensiva de Kyiv que, de facto, entra en una nueva fase de combate y termina con las críticas que, desde agosto, la tildaban de demasiado lenta, confirmando así las palabras del comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Valerii Zaluzhnyi, que, recientemente, aseguró que estaban «a punto de lograr un gran avance».
Imágenes geolocalizadas avaladas por el norteamericano Instituto para la Estudio de la Guerra (ISW) confirman que los vehículos blindados Stryker, juntamente con los de combate de infantería Marder y los de transporte de personal MaxxPro, han atravesado los campos de minas, las zanjas antitanques rusas y los obstáculos de dientes de dragón que forman parte de la grandilocuente defensa establecida por las tropas del Kremlin.
En estos momentos, los soldados de Volodimir Zelenski están intentando consolidar la posición situada a unos 18 km al sureste de Orikhiv. Una tarea que será ardua, pero seguramente más fluida que durante las semanas anteriores porque asegurar la brecha en las dos primeras líneas rusas significa que las tropas ucranianas han eliminado los puestos de la artillería enemigos y sus sistemas antitanques. Asimismo, el Ejército que enarbola la bandera amarilla y azul ha conseguido avanzar hasta el borde de la cercana ciudad de Novoprokopivka, según informó el Wall Street Journal citando a fuentes del ministerio de Defensa ucraniano.
No obstante, el éxito en esta parte del frente en el Óblast de Zaporiyia occidental es solo uno de los muchos pasos que el Ejército de Kyiv tiene que dar para completar la hercúlea tarea de recuperar el sur de su territorio nacional. Para ello, tendrá que derrotar a las unidades que el ejército ruso ha desplegado lateralmente en la zona, que incluyen a elementos de la 7.ª División Aerotransportada de Montaña de la Guardia (VDV) y la 76.ª División VDV de la Guardia, las cuales están atrincheradas en la zona de la ciudad de Robotyne, cuyo centro fue liberado el pasado 28 de agosto, según confirmó entonces la ex viceministra de Defensa ucraniana, Hanna Malyar.
Asimismo, imágenes satelitales publicadas esta semana muestran que los soldados de Zelenski también tendrán que batallar contra la 22.ª Brigada Spetsnaz (Fuerzas Especiales) de la Guardia operando al oeste de Verbove, la cual está atrincherada a unos 18 km al sureste de Orikhiv, cosa que «sugiere que la comandancia rusa ha transferido tácticamente elementos de la 22.ª Brigada para apoyar a los elementos del VDV ya observados defendiendo la zona», según el ISW.
En otras partes del frente, el portavoz del Estado Mayor General ucraniano, Andriy Kovalyov, informó de diversos avances en el área de Melitopol, también situada en la línea de contacto de Zaporiya, donde «las fuerzas de defensa están infligiendo pérdidas al enemigo, agotando las fuerzas de invasión rusas y obligándolas a retirarse de sus posiciones», según dijo en la televisión estatal. Además, las tropas de choque de Kyiv «continúan atacando las posiciones enemigas al sur de Bajmut», y añadió que en este frente han repelido con éxito los ataques en la zona al noreste de Hryhorivka. «El enemigo también intentó recuperar el terreno perdido alrededor de Andriyivka, Maryinka y Krasnohorivka, pero no tuvo éxito», explicó.
Cabe destacar que, en dirección a Bajmut, las tropas ucranianas han conseguido retener el control de fuego sobre la carretera Bajmut-Gorlivka, cosa que supone un grave revés para la logística del ejército ruso. «En la franja del grupo de tropas del Este continúan los intensos combates. Puedo decir que la lucha es dinámica, pero los tipos de operaciones son diferentes: si en la dirección Kupyansk-Lymansk estamos defendiendo, tratando de contener al enemigo, entonces en Bajmut tenemos éxito y continuamos expulsándolos», indicó el jefe del servicio de prensa del Grupo de Fuerzas del Este, Ilya Yevlash.
Sebastopol en llamas
Aunque el gobernador de Sebastopol instalado por Rusia, Mikhail Razvozhayev, escribió ayer en sus redes sociales que el ataque con misiles por parte de Ucrania contra el Cuartel General de la Flota rusa del Mar Negro no había dejado víctimas civiles ni daños. La agencia de noticias rusa TASS confirmó un muerto y diez heridos.
Los medios especularon de que el fallecido podía tratarse del comandante Vitkor Sokolov, pero al cierre de esta edición no había confirmación oficial de su muerte.
TASS aseguró que los sistemas de defensa aérea instalados en la península derribaron «10 misiles que se dirigían a Crimea». La ciudad portuaria, la cual sirve como base principal de la flota rusa en el Mar Negro y es clave para la defensa de Crimea (anexada ilegalmente por el Kremlin tras el más que cuestionable referéndum de 2014), está sufriendo ahora el día a día que se vive en todo el territorio continental ucraniano. Poco después de las explosiones, Razvozhayev advirtió a los residentes que «se pueden producir nuevos ataques» y los instó a «no abandonar los edificios, ni ir al centro de la ciudad». Pasado el peligro inicial, el títere de Moscú reiteró a la población que no se acercarse al centro de la ciudad porque «las carreteras están cerradas y se están llevando a cabo esfuerzos especiales no especificados». Fuentes del ministerio de Defensa ucraniano indicaron a LA RAZÓN que «está intentando esconder los daños reales de este exitoso ataque».
Por otro lado, el pasado miércoles, otra embestida con drones y misiles Neptuno contra el aeródromo ruso de Saki, donde, según fuentes del Servicio de Seguridad de Ucrania se encuentran al menos 12 aviones de combate (Su-24 y Su-30), así como el sistema portátil de misiles antiaéreos Pantsir y la base de entrenamiento para operadores de vehículos aéreos no tripulados Mojaher, produjo «graves daños y al menos 30 soldados muertos», según indicó el servicio de inteligencia.
Ese mismo día, el Ejército ucraniano también atacó el 744º Centro de Comunicaciones del Comando de la Flota del Mar Negro, y consiguió destruir una parte significativa del puesto de mando cerca de Verkhnosadove (a 16 kilómetros al noreste de Sebastopol).
Asimismo, a mediados de septiembre, el funcionario de la inteligencia militar ucraniana Andriy Yusov confirmó que «un gran buque de desembarco de la clase Ropucha y un submarino de la clase Kilo fueron alcanzados». En el ataque también fueron dañadas las instalaciones de reparación naval de Sevmorzavod, según informó el jefe de la fuerza aérea de ucraniana, Mykola Oleshchuk. Aunque todavía no ha sido confirmado, seguramente los misiles empleados pertenecían al tipo de crucero Storm Shadow, producido por el Reino Unido, o de la clase SCALP, de facturación francesa, los cuales tienen un alcance de aproximadamente 240 kilómetros, el triple que los misiles que Ucrania usaba anteriormente, cosa que, una vez más, pone de manifiesto la importancia de dotar a Kyiv con armamento efectivo para repeler la agresión del Kremlin.
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