Rusia admite retrocesos en la línea del frente en el primer empuje de la contronfensiva

La Administración rusa de Zaporiya, así como diversos blogueros militares prorrusos, han admitido recientemente que el Ejército ucraniano ha realizado los primeros avances en el frente Sur, antes de que, el presidente ruso, Vladimir Putin, asegurara que la incipiente contraofensiva “no tiene ninguna posibilidad” de éxito, por lo que el líder del Kremlin no considera necesario “una nueva movilización”. Putin elevó además sus críticas al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, del que dijo que es una "vergüenza para el pueblo judío". Sin embargo, pese a estas subidas de todo, los hechos sobre el terreno empiezan a evidenciar lo contrario.

Vladimir Rogov, uno de los altos funcionarios designado por Rusia en la parte que controlan del centro administrativo de Zaporiya, indicó el lunes que, después de los brutales combates en la zona de Vremivka, las fuerzas de Kyiv han logrado romper una pequeña parte de la línea del frente, aunque las tropas rusas todavía controlan “los altiplanos”, según aseguró en su canal de la red Telegram, motivo por el que todavía se mostraba confiado ya que la doctrina militar establece que la defensa desde las alturas suele ser más fácil.

Asimismo, en la aldea de Urozhaine, donde la superioridad aérea del Kremlin sigue siendo el gran escollo de Kyiv, las fuerzas ucranianas “han tomado, y todavía mantienen, diversas posiciones que estaban en manos rusas a las afueras del norte y el este de la ciudad”, en las que, a día de hoy, “continúan los bombardeos recíprocos y los intensos combates”, añadió.

También en el frente Sur, el Gobierno de Zelenski asegura haber avanzado en dirección hacia la ciudad portuaria de Berdiansk, donde informan que han reconquistado un total de “tres kilómetros cuadrados”, según indicó el portavoz del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Andriy Kovalov.

Otra batalla clave en esa región es la que está teniendo lugar en la ciudad Makarivka, en Donetsk, donde ambos bandos se han apuntado el tanto de la victoria. Según Rogov, el Ejército ucraniano “ha sido expulsado por la 127 División del Ejército ruso gracias un contraataque rápido y efectivo”. Sin embargo, el representante del Kremlin no ha aportado ninguna prueba al respecto desde que la viceministra de Defensa de Ucrania, Ganna Maliar, asegurara el pasado lunes que Makarivka es una de las siete aldeas que vuelven a estar bajo el control de Kyiv.

Además, uno de los blogueros preferidos del Kremlin, Voenkor Kotenok, también confirmó el pasado lunes que las tropas de choque del Quinto Ejército de Rusia se vieron obligadas a abandonar Makarivka, y desde entonces no ha informado del presunto contraataque del que habla Rogov.

La información facilitada por este también choca con la proporcionada por Nuestro Donetsk, un canal de Telegram de órbita rusa, en el que incluso aseguran que los ucranianos han “logrado profundizar y avanzar a través de las áreas boscosas donde están acumulando fuerzas”, con el objetivo de realizar un mayor despliegue que, de tener éxito, podría llegar a rodear a las unidades que abandonaron la ciudad para llevar a cabo un supuesto “repliegue estratégico”, según informó el Kremlin. Por otro lado, el canal en cuestión también ha reconocido que las tropas de Putin se han visto obligadas a abandonar la cercana Neskuchne, justo al sur de la ciudad clave de Velyka Novosilka, por segunda vez, retirándose también “para que no puedan ser rodeadas”.

WarGonzo, otro reconocido bloguero militar prorruso, tampoco ha nombrado o dado detalles de esa supuesta reconquista, después de que el pasado lunes tildara “las declaraciones victoriosas” sobre la situación en Makarivka como “prematuras. Todavía se están produciendo fuertes combates. El enemigo está trayendo infantería en pequeños grupos utilizando equipos ligeros, lo que dificulta derrotarlos rápidamente”, según informó en sus redes sociales. “A pesar de las expectativas, no logramos recuperar el pueblo al final del día”, añadió. Desde entonces, no ha dado más datos al respecto.

Batalla de desgaste

A pesar de que la tan anunciada contraofensiva del Ejército ucraniano ha empezado a dar los primeros pasos, las robustas defensas rusas en los 1.000 km de frente que defienden, las cuales han sido reforzadas durante los últimos meses, de momento están aguantando el chaparrón de balas y metralla.

Algo que, por otro lado, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, afirmó el pasado lunes que era de esperar. “Las batallas son feroces, pero estamos avanzando y esto es muy importante. Las pérdidas del enemigo son exactamente lo que necesitamos. Aunque el clima es desfavorable”, dijo, refiriéndose a las lluvias que han caído sobre la región, “la fuerza de nuestros guerreros aún da resultados”.

De momento, el avance de Kyiv en esa parte del frente Sur se está centrando en la dirección de las ciudades de Tavria y Khortytsia, las cuales son “las áreas operativas más importantes y calientes”, según Zelenski, pero que son un pilar fundamental para el objetivo final soñado: avanzar lo máximo para preparar un eventual asalto hacia la península de Crimea.

Sin embargo, el principal asesor diplomático del líder ucraniano, Igor Zhovkva, se ha mostrado cauteloso porque, aunque “el objetivo final de la contraofensiva es recuperar todos los territorios ocupados, incluida Crimea, los éxitos pueden tardar meses en suceder”, según declaró a la CNN. De esta manera, dejó claro que este no momento para triunfalismos que esperan conseguir éxitos militares rápidos.

Finalmente, en el frente Norte, en la ciudad de Bajmut, que la compañía de mercenarios a sueldo del Kremlin, Wanger, declaró el pasado mayo que había sido completamente conquistada, pero donde el Ejército de Kyiv todavía mantiene una estrechísima franja junto al río, la batalla que se creía finalizada ha vuelto a arreciar.

“En la operación de defensa en la dirección de Bajmut nuestros soldados avanzan, mientras el enemigo pierde terreno en los flancos”, según informó el pasado martes Oleksandr Syrskyi, comandante en jefe de las fuerzas terrestres de Ucrania. La historia de esta ciudad, la cual se había convertido en un símbolo de la resistencia contra la invasión rusa, todavía no ha terminado.