Inmigración

Cientos de inmigrantes salen de la ciudad de Agadez para entrar en Europa desde Libia

La junta militar de Níger, incapaz de hacer frente a la avalancha migratoria africana de los últimos meses, ha optado por dar vía libre a quienes desean cruzar el Sáhara

FILE - Migrants sail a wooden boat at south of the Italian Lampedusa island at the Mediterranean sea, Aug. 11, 2022. The back-to-back shipwrecks of migrant boats off Greece that left at least 22 people dead this week has once again put the spotlight on the dangers of the Mediterranean migration route to Europe. (AP Photo/Francisco Seco, file)
Inmigrantes africanos cruzando el Mediterráneo.Francisco SecoAP Photo

Agadez es una ciudad poco conocida por el público europeo. Encajada en un punto inconcluso del desierto nigerino, desde hace décadas sirve como cruce, punto de partida y de llegada para miles de africanos que recorren las injusticias de la tierra hasta alcanzar el sueño europeo. Es un cruce para quienes consiguen atravesarla; punto de partida porque es la última gran ciudad que encuentran antes de cruzar el Sáhara; punto de llegada para quienes se asoman hasta allí pero quedan atrapados por las medidas que la Unión Europea lleva procurando desde 2015. Para comprender los números que se manejan en Agadez, la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) ha atendido a 90.000 inmigrantes en la ciudad entre 2016 y 2023.

Esto último es de dominio público. En la Cumbre de La Valeta, que juntó a líderes africanos y europeos en noviembre de 2015, se constituyó el Fondo Fiduciario europeo de Emergencia para África en lo que se considera una reunión histórica. De la partida presupuestada, se destinaron a Níger hasta 92 millones de euros que servirían para prevenir la inmigración ilegal, es decir, dinero que incentivaría a las autoridades del país a iniciar proyectos que hiciesen como una presa para el río jadeante que se concentra en ciudades como Agadez, y frenar a la gente que llega de Mali, Nigeria, Burkina Faso, Chad, Sudán, la propia Níger…

Funcionó, en cierta medida. Medidas de este estilo, sumadas a los tratos de los italianos con los tuareg de Mali o las patrullas de la Guardia Civil en la costa Mauritana, entre otras, han prevenido en parte que se sobrecargara el flujo de la inmigración ilegal a Europa. Cabe a destacar que el presidente depuesto en Níger este verano, Mohammed Bazoum, ejercía como Ministro de Exteriores de su país en el momento de la Cumbre de La Valeta, y que en 2016 fue nombrado Ministro de Interior (consiguiendo así ser la autoridad ministerial encargada de manejar el presupuesto destinado), antes de ser presidente en 2011. El nexo que se crea entre Bazoum y la política migratoria europea deja claro que, en los últimos ocho años, era un hombre en quien Bruselas podía confiar.

Y echaron a Bazoum en julio. Fuentes sobre el terreno informan que la junta militar de Níger ha abierto hace pocos días las puertas de Agadez para quien quiera pasarlas, y que “cientos están yéndose a Libia” con la intención de cruzar a Europa en los próximos meses.

Las razones que han empujado a este dramático giro son evidentes: por un lado, la situación económica en África ha empeorado desde el Covid-19 respecto a los años anteriores, con amenazas de embargos en unos y una inflación galopante aplicada a los productos básicos en varios países, además del impacto del cambio climático. Esto, de por sí, ya aumenta el flujo de quienes buscan una respuesta en el norte, poniendo en aprietos a quienes intentan frenarlo a uno y otro lado del Mediterráneo.

Teniendo en cuenta que Níger posee un ejército de 10.000 unidades y que el país es inmenso (más del doble que España), asediado por el yihadismo y el descontento tuareg del norte, las capacidades militares de la junta se están estirando al máximo desde la salida forzada de tropas francesas, lo que se acentúa con una mayor presión migratoria. Un residente de Agadez que permanecerá en el anonimato aseguró además a LA RAZÓN que “el martes salieron decenas de vehículos de Agadez con dirección a Libia”, y que este es el país al que se dirigen la mayoría. Si fueran ciertas las informaciones de un “ensanche” de la ruta de Agadez en la última semana, eso daría a entender que se puede esperar un incremento de llegadas dentro de pocos meses o semanas en Grecia y en Italia.

Se supone que el conflicto diplomático que viven hoy Europa y el Sahel ha servido para echar más leña al fuego y ejercer presión en la toma de decisiones de los nuevos gobernantes nigerinos, pero eso sería demasiado exigente con ellos. Los motivos de los procesos migratorios en África escapan, como es obvio, al control de un gobierno en concreto, y un gobierno de un país de paso en concreto se limita a reaccionar con sus flacos recursos económicos a la avalancha, poco más. Es lo que ocurre con Níger y con otros.

Lo prueban el incremento de llegadas a Canarias en las últimas semanas, el fenómeno de Lampedusa a principios de septiembre, una presión por lo general mayor desde principios de un año donde el 49% de las llegadas irregulares a Europa sucedidas entre enero y agosto lo hicieron por el Mediterráneo Central (según afirmó Von der Leyen este verano). Vienen de Níger pero también de Senegal, Mauritania, Gambia, Argelia, etc., y así se presiente que las presentes dificultades desbordan por igual a otras naciones de la zona.

Aunque sería deseable que fueran las propias fuerzas nigerinas quienes se encarguen de contener Agadez, la reducción de ayudas por parte de la UE (y de otras naciones) a raíz del golpe señalarían también una reducción en los medios de Níger para enfrentarse al dilema. Ahora Agadez está abierto. Veremos qué pueda significar antes de fin de año.