Estados Unidos

Discurso sobre el Estado de la Unión: los demócratas cruzan los dedos para que Biden no se equivoque

El presidente de Estados Unidos llega al discurso más importante lastrado por las dudas sobre su salud ante el empuje de Trump

Los discursos de los presidentes suelen ser humorísticos. Biden empezó con un tono más sombrío, pero a medida que el discurso iba avanzando empezó a hacer bromas
Los discursos de los presidentes suelen ser humorísticos. Biden empezó con un tono más sombrío, pero a medida que el discurso iba avanzando empezó a hacer bromasAFP

Después de la resaca del "supermartes" de primarias en Estados Unidos, que tuvo mucho de martes pero muy poco de "súper" ante la poca emoción por el resultado, la atención está centrada ahora en el discurso sobre el Estado de la Unión que este jueves pronunciará el presidente Joe Biden. Una prueba de que en la política estadounidense nada es como parece es que la matyor preocupación en las filas demócraras estará no tanto en lo que diga Biden, sino en cómo lo diga.

O, más exactamente, en que no se equivoque en los nombres, algo demasiado habitual en las últimas fechas, ni tenga momentos de vacilación ni mucho menos balbucée en público. Algunos medios y expertos estadounidenses han venido insistiendo estos días en el temor en las filas del Partido Demócrata a que el presidente muestre una imagen de falta de capacidades para el cargo y proporcione artillería a su rival, Donald Trump, que ya ha dado muestras de que piensa utilizar cualquier traspiés del candidato demócrata en este sentido.

Para ello, el discurso que pronunciará Biden será, previsiblemente, sencillo y directo, sin grandes complicaciones que puedan hacer aumentar los riesgos.

Qué dirá Biden en su discurso

Para Biden este discurso sobre el estado de la Unión más complejo, en pleno año electoral, tras el supermartes en el que quince estados celebraron elecciones primarias, Biden suma 1.568 de los 1.968 delegados con los que se garantizará la nominación, por lo que en los próximos días el presidente confirmará matemáticamente que optará a la reelección el 5 de noviembre.

Lastrada por los 81 años del presidente, la popularidad de Biden se encuentra en sus horas más bajas. Según una encuesta publicada hace unos días por el New York Times/Siena College, el presidente está cuatro puntos por detrás de su probable oponente republicano, el expresidente Donald Trump.

En opinión del director de comunicaciones de la campaña de Biden, Michael Tyler, las encuestas están "en desacuerdo con la forma en que votan los estadounidenses y sobreestiman constantemente a Donald Trump mientras subestiman al presidente Biden", afirmó en un comunicado, informa Efe.

En cuanto al contenido del discurso, según ha adelantado la agencia AP, el presidente expondrá un plan ampliado para aumentar los impuestos corporativos y utilizar los ingresos para recortar los déficits presupuestarios y recortar los impuestos para la clase media.

En este año electoral, el presidente demócrata está refinando la agenda económica que ha estado impulsando desde la carrera presidencial de 2020, tratando de demostrar que está abordando las preocupaciones de los votantes sobre el costo de vida. Con el control republicano de la Cámara, es poco probable que la agenda de Biden se convierta en ley y sirve como una especie de argumento de venta para los votantes.

En un adelanto de los comentarios de Biden, asesores como Lael Brainard, directora del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, dijeron que el presidente contrastaría sus propuestas con los planes republicanos de extender las exenciones tributarias del expresidente Donald Trump y reducir aún más las tasas impositivas corporativas.

Según la propuesta de Biden, las corporaciones ya no podrían deducir el gasto de los salarios de los empleados por encima de 1 millón de dólares, lo que podría recaudar 270 mil millones de dólares en 10 años. También quiere aumentar la tasa del impuesto corporativo del 21% al 28%, entre otras medidas. Y, como Biden propuso anteriormente, a las grandes empresas se les cobraría una tasa impositiva mínima para que no pudieran eludir al IRS mediante maniobras contables, deducciones y exenciones fiscales especializadas.

Según sus planes, los multimillonarios tendrían que pagar un mínimo del 25% en impuestos federales sobre sus ingresos. Las personas que ganen más de $400,000 también pagarían impuestos más altos al Medicare para garantizar la viabilidad financiera del programa.

Biden usaría algunos de esos ingresos para pagar ampliaciones del Crédito Tributario por Ingreso del Trabajo y del Crédito Tributario por Hijos, lo que ayudaría a las familias de bajos ingresos. También busca reducir permanentemente las primas de seguro médico para quienes reciben su cobertura médica a través de la Ley de Atención Médica Asequible de 2010.

Sus asesores dijeron que el próximo plan presupuestario de Biden recortaría la deuda nacional en 3 billones de dólares en 10 años, similar a lo que presentó en la propuesta presupuestaria del año pasado, que no fue aprobada por el Congreso.