Defensa

El envío a Ucrania de misiles «Taurus» abre una nueva brecha en la coalición alemana

El canciller Scholz teme que Kyiv los use para atacar territorio ruso, mientras verdes y liberales se muestran a favor

El canciller alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz
El canciller alemán, el socialdemócrata Olaf ScholzFabian Sommer AP

El canciller alemán, Olaf Scholz, se ha encontrado con un dilema nada más llegar de sus vacaciones en la Provenza francesa. Ucrania espera impaciente el visto bueno de Alemania para el suministro de misiles de crucero «Taurus», lo que supondría un espaldarazo a la contraofensiva en el sur del país. Con el envío se cree que podría provocar un retroceso ruso, aunque Ucrania también podría atacar directamente a Rusia.

El debate sobre el envío de los «Taurus» divide de nuevo a la coalición de Gobierno. Según el semanario «Der Spiegel», que cita a fuentes del Gobierno, Scholz estaría preocupado por el uso que Ucrania podría hacer de los mencionados misiles. El envío de armamento propio del Ejército alemán sería un paso más allá de los esfuerzos realizados por el país hasta el momento, asegura la publicación, al tiempo que afirma que parte del Partido Socialdemócrata (SPD) estaría contra la medida.

El experto en política exterior del SPD Ralf Stegner se ha mostrado en varias declaraciones abiertamente escéptico. El ala progresista del partido teme una escalada del conflicto con Rusia si Ucrania decide emplear dichas armas, que tienen un alcance de hasta 500 kilómetros, para atacar suelo ruso. «La perspectiva militar está tomando una dinámica propia y hablamos demasiado poco sobre iniciativas para terminar con la guerra», aseguró Stegner a «Der Spiegel». El envío de los misiles «Taurus», conocidos como «destructores de búnqueres», podría provocar un escenario de entrada en una confrontación militar directa entre la OTAN y Rusia.

Es por ello que el Ministerio de Defensa estaría barajando la opción de enviar dichos misiles con una modificación en el «software» que limitase el alcance de los mismos. El ministro de Defensa, Boris Pistorius, se escudaba esta semana en que Alemania no es el único país con dichas armas: «No somos los únicos que no los enviamos [los misiles Taurus]» y añadía: «Nuestros colegas americanos tampoco envían dichos misiles». En contra se pronuncia también el Partido de la Izquierda a través de la diputada Gesine Lötzsch.

Sin embargo, el resto de los socios de la Coalición Semáforo no están de acuerdo y presionan al canciller a que decida cuanto antes a favor del envío. La experta en Defensa del Partido Liberal (FDP), Marie-Agnes Strack-Zimmermann, aseguraba el viernes que «es hora de dar luz verde» al envío porque «Ucrania lo necesita urgentemente». Una parte de los misiles, que están diseñados para ser disparados desde aviones de combate, estaría a punto para ser utilizado de inmediato. Strack-Zimmermann además defendió el derecho de Ucrania a realizar ataques preventivos en suelo ruso «si sabe desde dónde va a ser atacada, para detener los ataques».

También desde Los Verdes se argumenta en el mismo sentido. «Deberíamos alcanzar un acuerdo rápido», explicaba la vicepresidenta del grupo parlamentario, Agnieszka Brugger. «Así ayudaríamos a Ucrania a liberar su territorio invadido y a conseguir éxitos militares». Los cristianodemócratas de la CDU en la oposición han apremiado del mismo modo al canciller a tomar la decisión. Friederich Kiesewetter, el portavoz de dicha formación en la Comisión de Exteriores, explicaba en el programa ZDF-Morgenmagazin de la televisión pública que es una cuestión de «confianza en Ucrania», que deberá comprometerse a no utilizar dicho armamento para atacar objetivos civiles en territorio ruso. La decisión desde luego no está tomada y hay voces dentro del SPD que piden el envío, como su presidenta, Saskia Esken.

Alemania ha sido criticada en el pasado por Ucrania y buena parte de la coalición de países que apoyan el país por haber retrasado las decisiones de envíos de armas, como sucedió con los tanques del tipo Leopard, de fabricación alemana, y por ello, sujetos en su exportación al visto bueno de Berlín. Sin embargo, tras las dudas, Scholz terminó por dar su visto bueno.

El fabricante alemán Rheinmetall anunció asimismo la construcción de una fábrica de tanques en suelo ucraniano. Un comentario del periodista Alexander Budweg de la televisión pública ARD cree que en el debate actual el canciller volverá a actuar como en el pasado: “Ucrania pide, Alemania duda y al final sí envía”. Es posible que se trate en parte de una táctica del canciller ante decisiones poco populares, ya que en las últimas encuestas que se realizaron más de la mitad de la población estaba en contra de continuar apoyando con armamento a Ucrania.