Sahel

Estados Unidos retirará a sus tropas de Níger antes de 2025

Washington accede a las exigencias de la junta militar nigerina tras los desacuerdos ocurridos en marzo

FILE - A U.S. and Niger flag are raised side by side at the base camp for air forces and other personnel supporting the construction of Niger Air Base 201 in Agadez, Niger, April 16, 2018. The United States is attempting to create a new military agreement with Niger that would allow it to remain in the country, weeks after the junta said its presence was no longer justified, two Western officials told The Associated Press Friday April 19, 2024. (AP Photo/Carley Petesch, File)
Base militar estadounidense en Níger.ASSOCIATED PRESSAgencia AP

Altos funcionarios próximos al entorno de Joe Biden aseguraron este sábado al Washington Post que las tropas estadounidenses estacionadas en Níger abandonarán el país en los próximos meses. La decisión, que realmente no dejaba a la Casa Blanca otra alternativa, viene después de que la junta militar que gobierna el país desde el golpe de Estado de julio de 2023 exigiese, el 16 de marzo, la retirada de las fuerzas estadounidenses que se desplegaron en 2013 para colaborar en la lucha contra el yihadismo armado.

Estados Unidos jugó y perdió. Tal y como informó LA RAZÓN este verano, los norteamericanos apostaron por colaborar con la junta tras el golpe comandado por el general Tchiani, con el fin de evitar que un nuevo país del Sahel escogiese a Rusia como alternativa tras la expulsión de las tropas galas del país. Esta “validación” de la junta militar les obliga ahora a acatar su decisión. Una reunión entre altos diplomáticos estadounidenses y la junta militar ocurrida en el mes de marzo evidenció las discrepancias en lo relativo a las asociaciones que podían permitirse los nigerinos. Los diplomáticos dijeron que Niamey había firmado “acuerdos secretos” con Rusia y con Irán y presionaron para que no llegaran a cumplirse, a lo que los nigerinos expresaron su deseo de colaborar libremente con quien considerasen.

La salida de las tropas (en torno a 1.000 efectivos, según las cifras oficiales) abre una nueva incógnita en lo referente a la Base Aérea 201, ubicada a 5 kilómetros de la ciudad de Agadez y cuya construcción costó a la administración de Estados Unidos la cifra de 110 millones de dólares. Los ejemplos recogidos en Mali mostraron que las tropas rusas que cogieron el relevo a los franceses ocuparon (junto con los ejércitos africanos) las bases construidas por los galos, y la preocupación es evidente cuando se reconoce que la famosa Base Aérea 201 podría ser operada en un futuro por tropas rusas combinadas con las nigerinas. Una realidad todavía lejana pero posible en un futuro.

De hecho, ya arribó la semana pasada a la capital nigerina una fuerza compuesta por 100 instructores rusos que acompañaban a un “sistema de última generación” adquirido a Moscú para reforzar su defensa aérea y proteger a la nación africana de “amenazas aéreas, incluidos drones y aviones de combate”. En Mali y en Burkina Faso ya se conoce la presencia del ex Grupo Wagner, renombrado como Africa Corps tras su integración en las fuerzas armadas rusas. Actúan en comunión con las juntas militares para garantizar su permanencia en el poder y también para combatir a la amenaza yihadista que asola a la región desde 2012. Un factor que evidencia la pérdida de influencia occidental en el Sahel y que deposita el flanco sur de la OTAN en manos de Rusia y de las juntas militares afines a Vladimir Putin.

Que la seguridad del sur de Europa recaiga en manos rusas implica dos hechos importantes. El primero, que el Kremlin posee la llave de la inmigración que cruza el Sahel con destino a los países del Magreb, para después concluir su viaje en dirección a Europa. Esto ya se ha comprobado en el aumento de llegadas a Italia y en la reciente estrategia seguida por Giorgia Meloni para afianzar los lazos con Argelia y Libia y frenar así la oleada migratoria antes de que abandone las costas africanas. El segundo implicaría la construcción pendiente de un gaseoducto que conecte Nigeria con Argelia a través de Níger, un proyecto actualmente estancado por la situación regional pero que tendría como fin independizar a Europa del gas ruso a cambio de un partenariado con las naciones africanas. Que el gas atraviese 1.000 kilómetros de una nación abiertamente prorrusa sería un riesgo inaceptable ante tal propósito.

A ello tendría que sumársele la falta de confianza patente en el Sahel con respecto a Europa. Tras diez años de lucha antiterrorista, las alianzas promovidas por Francia y la Unión Europea no han conseguido erradicar la amenaza, desencadenando el desencanto que derivó en los golpes de Estado que saturaron la región y la consecuente expulsión de las tropas galas de Mali, Burkina Faso y Níger.