Reino Unido

Truss defiende su plan fiscal a pesar del tirón de orejas del FMI

La ‘premier’ británica salió de su ostracismo para defender una estrategia que no convence ni a mercados ni a sus propias filas

La primera ministra británica, Liz Truss, durante su visita al rascacielos Empire State en Nueva York
La primera ministra británica, Liz Truss, durante su visita al rascacielos Empire State en Nueva YorkToby MelvilleAgencia AP

La primera ministra británica, Liz Truss, defendió ayer su polémico plan fiscal asegurando que garantizará “el crecimiento económico a largo plazo”. Desde que el Gobierno anunciara la semana pasada los mayores recortes de impuestos desde 1972 con el objetivo de impulsar el crecimiento de un país en recesión y con una inflación disparada del 9.9%, la libra ha caído a mínimos históricos respecto al dólar.

El Banco de Inglaterra se ha lanzado a comprar bonos británicos, después de que la industria de fondos de pensiones estuviera a punto de colapsar. Ante la preocupación de que los tipos de interés lleguen al 6% en los próximos meses, el número de hipotecas canceladas por algunas entidades duplica ya el registrado en la pandemia. El propio Fondo Monetario Internacional ha pedido a Downing Street que revalúe su estrategia.

En plena crisis, la nueva inquilina del Número 10 estaba completamente desaparecida. Pero ayer, por primera vez en casi una semana, salió de su ostracismo para defender una estrategia que no convence ni a mercados ni a sus propias filas. “Debemos poner a este país en una trayectoria de crecimiento a largo plazo, al tiempo que mantenemos la disciplina fiscal. Reducir los impuestos impulsará la inversión, lo que creará puestos de trabajo y oportunidades para todos”, agregó.

Cuando solo quedan dos días para que comience la conferencia del Partido Conservador, la autoridad de Truss -que está en Downing Street por haber ganado unas primarias, no por haber pasado el examen de las urnas- está tremendamente cuestionada y son muchos los diputados los que realizan ya críticas de manera pública.

Según la última encuesta de YouGov, la oposición laborista saca hasta 33 puntos de ventaja. De celebrarse hoy las elecciones -previstas para 2024- las filas de Keir Starmer ganarían por una holgada mayoría de 100 escaños.

Con todo, la nueva primera ministra -que lleva tan solo un mes en el cargo- no está dispuesta a cambiar de estrategia. Truss estuvo ayer toda la jornada defendiendo en medios locales su “Plan de Crecimiento”. Ante las críticas de que su plan solo favorece a los más ricos, recalcó que su Gobierno se ha esforzado por ayudar a los hogares al facilitar préstamos garantizados a las compañías eléctricas a fin de reducir la factura energética.

La líder tory no ha especificado, sin embargo, cómo se reducirá la deuda pública que se acumulará con todas estas medidas, lo que ha motivado las turbulencias en el mercado.

Por su parte, el ministro de Economía, Kwasi Kwarteng, señaló que se pedirá a los ministerios que recorten gastos y a la Oficina de responsabilidad presupuestaria (OBR, en inglés), que supervisa las finanzas públicas, que prepare para octubre un informe sobre el crecimiento, la inflación y la deuda. Kwarteng prevé precisar su plan de reducción de la deuda neta a medio plazo en una intervención parlamentaria el 23 de noviembre cuando, según los expertos, es posible que anuncie recortes del gasto público o incluso algún cambio en su controvertido programa.

Tras la intervención de Truss, la libra mostró signos de recuperación subiendo un 2,18% frente al dólar, hasta 1,10 dólares; un 1,35 % ante el euro, hasta 1,13 euros; y un 2,21 % frente al yen, hasta 159,89 yenes, en una jornada en la que la Bolsa de Londres cayó sin embargo un 1,77 % al cierre.