Elecciones locales

Rishi Sunak afronta su primer examen en las urnas tras ser elegido primer ministro por su partido

Los conservadores se centran en retener los municipios obreros del Muro Rojo, conquistado por Boris Johnson en 2029

London (United Kingdom), 03/05/2023.- British Prime Minister Rishi Sunak departs 10 Downing Street for Prime Ministers Questions at parliament in London, Britain, 03 May 2023. (Reino Unido, Londres) EFE/EPA/ANDY RAIN
Sunak departs Downing Street for PMQsANDY RAINAgencia EFE

El «premier» Rishi Sunak afronta hoy su primer examen con las urnas con unas elecciones locales que podrían ir moldeando el fin de una era conservadora no exenta de polémicas. Se trata de unos comicios parciales -no está en juego el ayuntamiento de Londres y tampoco se vota en Escocia y Gales-. Y los discursos versan sobre asuntos municipales. Pero irremediablemente los resultados se analizarán como la antesala a lo que puede pasar en las próximas generales previstas para 2024, en las que, según las encuestas, la oposición laborista se convertirá en la formación más votada poniendo así fin a trece años de Gobierno tory. Por lo tanto, si bien es cierto que tradicionalmente las locales suelen ser voto castigo al partido que está en el poder, Sunak va a tener más que complicado justificar la previsible derrota. En total, hay en juego más de 8.000 concejalías en ayuntamientos y consejos municipales de Inglaterra, de las que 3.367 están en manos conservadoras. La pérdida de 500 escaños podría considerarse una buena noche para los tories, teniendo en cuenta que algunos sondeos prevén una sangría de hasta 1.000 asientos. La cita es el primer examen de Sunak con el electorado de manera literal, ya que su mudanza a Downing Street el pasado mes de octubre fue por proceso de primarias. Y si bien es cierto que su llegada al Número 10 trajo la ansiada estabilidad política tras la turbulenta etapa de Boris Johnson y la fugaz Liz Truss -si es que alguien se acuerda de ella- la actual situación económica no acompaña. Con una inflación disparada de más del 10%, la más alta del G-7, y una oleada de huelgas del sector público pidiendo mejoras salariales, entre ellos los enfermeros de la sanidad pública (NHS), ya de por sí en crisis, el ánimo entre el electorado no es el mejor.

La oposición laborista quiere aprovechar el descontento contra el Gobierno. No obstante, si la extrapolación del voto de hoy a unas generales no permite a las filas de Keir Starmer superar el 40%, se complicarán sus posibilidades de hacerse con la mayoría absoluta el año que viene.

A lo que realmente aspiran los laboristas es a repetir el escenario de 1997, en el que Tony Blair consiguió una gran mayoría absoluta poniendo fin a más de una década de gobierno conservador. El problema es que Starmer no tiene el carisma de Blair. Nada más lejos de la realidad. El actual líder de la oposición sigue siendo un personaje gris.

A juicio de la experta Sarah Hobolt, de la London School of Economics, el coste de la vida se impone en el interés de los ciudadanos sobre otras cuestiones en las que la derecha se siente más cómoda, como el discurso contra la llegada de pateras a través del canal de La Mancha o el propio Brexit. La salida británica de la Unión Europea continúa siendo un eje fundamental en la política del Reino Unido, pero comienza a difuminarse su efecto. Fue precisamente el Brexit el factor determinante por el que los laboristas perdieron en las últimas generales de 2019 distritos claves del norte de Inglaterra que habían dominado desde la Segunda Guerra Mundial. Por lo que será muy simbólico si las filas de Starmer consiguen recuperar la confianza ahora en el llamado Muro Rojo. Estas circunscripciones son clave si aspiran a conseguir una mayoría absoluta el próximo año.

Se espera que el porcentaje de participación de hoy sea bajo. Por primera vez los británicos deberán presentar obligatoriamente un documento identificativo con foto para poder depositar la papeleta. En un país en el que no existen los carnés de identidad ni tampoco un documento obligatorio que certifique que una persona es quien dice ser -se calcula que más del 13 % carece de pasaporte-, esto puede alejar de las urnas a miles de personas, a juicio de los especialistas. Pese a que se puede solicitar ex profeso un documento que permita sufragar, se teme que las minorías étnicas y los más jóvenes opten por quedarse en sus casas, algo que perjudicaría especialmente al centro-izquierda.

Entre las críticas vertidas por el Partido Laborista figura el riesgo de que los jóvenes se vean afectados de forma desproporcionada: según la Comisión Electoral sólo dos tercios de votantes de entre 18 y 24 años conocen las nuevas normas. La oposición ve el cambio como una maniobra oscura.