Amigo de Putin

Victoria de Fico: Cómo Eslovaquia dejó de creer en la amenaza rusa

El socialdemócrata prorruso supo aprovechar la crisis económica y la desconfianza hacia las instituciones para ganar las elecciones

Bratislava (Slovakia (slovak Republic)), 01/10/2023.- Slovak former Prime Minister and chairman of the Smer-SD party Robert Fico (C) talks to media after Slovakia's parliamentary elections at party's headquarters in Bratislava, Slovakia, 01 October 2023. According to official results, Smer-SD party with leader Robert Fico won the parliamentary elections with almost 23 percent. Progresivne Slovensko party (Progressive Slovakia) ended up behind him, with almost 18 percent. (Elecciones, Eslovaqu...
Smer-SD party Robert Fico's press conference after Slovakia's parliamentary election 2023MARTIN DIVISEKAgencia EFE

Pocas veces unos comicios en un país de tan sólo cinco millones y medio de habitantes suscitan tanta atención internacional. Eslovaquia se enfrentó el pasado 30 de septiembre a su cita con las urnas y dio como vencedor al candidato prorruso, Robert Fico con un 23% de los sufragios. Unos resultados sorprendentes si tenemos en cuenta que, desde el inicio de la contienda, el país había ayudado de manera firme a Ucrania. Fue uno de los primeros en proporcionar el sistema antiaéreo S 300 soviético y la pasada primavera también puso a disposición de Kyiv los aviones de combate trece MIG-29. Esta apoyo inquebrantable se ha producido a pesar de que en los últimos tres años y medio el país ha estado gobernado por cuatro gobiernos diferentes y de la dependencia energética respecto a Moscú. Ahora todo esto puede cambiar.

Un análisis rápido podría concluir que Eslovaquia se acostó proucraniana y se levantó prorrusa, aunque como siempre existen los matices. Robert Fico ha sabido paradójicamente convertirse en la voz de aquellos que no se sienten representados por los políticos tradicionales y que desconfían de las instituciones y de los discursos oficiales.

Según una encuesta de opinión de Globsec difundida antes de las elecciones, el 69% de los encuestados consideran que dar más armas a Ucrania alargará el conflicto y provoca innecesariamente a Rusia y el 76% está en contra de las sanciones. Además el 34% cree que la invasión fue causada por Occidente y tan sólo el 40% culpa de manera directa al Kremlin por la invasión.

Lo más irónico de la situación es que Fico se ha convertido en el candidato "outsider", a pesar de que ha sido primer ministro en dos ocasiones: entre 2006 y 2010 y entre 2012 y 2018 y sus dos mandatos anteriores estuvieron salpicados por graves casos de corrupción y acoso a los periodistas. La última vez tuvo que presentar su renuncia tras el asesinato de un periodista, Jan Kuciak, que investigaba casos de corrupción que conectaban a representantes del gobierno eslovaco con empresarios italianos conectados con la mafia calabresa italiana.

Pero Fico ha sabido pescar en rio revuelto. Los constantes cambios de gobierno han hastiado a los eslovacos. Tras las elecciones de 2020 se formó un ejecutivo con cuatro partidos, una coalición de gobierno sumida en guerras intestinas en medio de una caótica gestión durante la pandemia del coronavirus.

El Gobierno perdió una moción de censura y, hasta las pasadas elecciones estuvo dirigido por tecnócratas. No es la primera vez que los tecnócratas dan paso a los populistas. En Italia saben mucho de esto.

Fico, que ya desde su primer mandato había sido definido como un prorruso moderado, ha centrado parte de su campaña en poner en cuestión la ayuda a Ucrania. Un mensaje que ha calado entre aquellos que ven cómo la crisis energética desatada en el país por la dependencia de los hidrocarburos rusos ha incrementado peligrosamente las cifras de inflación. Mientras la subida de los precios al consumo se ha moderado en la zona euro en julio hasta el 5,3%, dos décima por debajo de las cifras de junio, Eslovaquia lidera el ranking de los países de la divisa común con un 10,2%, casi el doble.

Fico ha sabido dirigirse a estos ciudadanos preocupados por su futuro económico, que ven como su poder adquisitivo cae en picado, y que también comparten el rechazo a la inmigración ilegal y a los derechos LGTBI. Este corpus ideológico le ha sido muy útil para hacerse con el voto rural. En esto último, el líder de Smer contrasta fuertemente con las posiciones del resto de los partidos socialdemócratas europeos.

En este sentido, su principal oponente, Michael Šimečka, vicepresidente del Parlamento Europeo y perteneciente al partido Eslovaquia Progresista, se ha erigido como el candidato perfecto para Bruselas y Washington. Pero este abogado de tan sólo 39 años, partidario de continuar con el apoyo a la guerra en Ucrania y a favor del colectivo LGTBI, ha tenido que conformarse con la segunda posición a pesar de que los sondeos a pie de urna incluso le daban como vencedor.

El pasado turbulento de Fico parece haber sido olvidado por gran parte del electorado que se ha acostumbrado a los escándalos. En los últimos meses, se han producido en el país detenciones en las cúpulas de la policía, la fiscalía e incluso los servicios de inteligencia. Cuando la corrupción extiende sus tentáculos en todas las instituciones del país, las responsabilidades se difuminan.

A todo esto hay que añadir el papel que han podido desempeñar en estos comicios las campañas de desinformación rusas en una campaña electoral fuertemente agresiva. La propia vicepresidenta de la Comisión Europea, Vera Jourova, había asegurado antes de estas elecciones que “el Kremlin y otros grupos actuarán antes de las elecciones europeas”. La Unión Europea ha puesto en marcha un código de buenas prácticas para que las plataformas on line retiren los mensajes falsos difundidos por las redes sociales, pero aún es pronto para saber si este nuevo sistema funcionará.