Testimonios

Hablan los evacuados por la presa de Ucrania: "Estamos acostumbrados a las bombas, pero esta catástrofe natural es una pesadilla"

"Hoy ya hemos salvado a 30 personas, entre ellas un niño. Seguiremos trabajando hasta que hayamos sacado a todo el mundo", afirma un policía ucraniano que trabaja en labores de salvamento

Ucrania y las fuerzas de ocupación rusas están evacuando este miércoles a civiles de las zonas inundadas tras la destrucción de la presa de Kajovka, en el sur de Ucrania, en territorio controlado por Rusia, lo que hace temer una catástrofe humanitaria y ecológica. Moscú y Kyiv se culpan mutuamente del ataque a esta infraestructura clave, que abastece de agua a Crimea, anexionada ilegalmente por Rusia en 2014, y que se encuentra en la ruta trazada por las tropas ucranianas hacia la reconquista de los territorios ocupados.

La ciudad de Jersón, reconquistada por los ucranianos el pasado noviembre, a 70 km de la presa, se despertó de nuevo el miércoles por la mañana con los pies en el agua. Una residente, Natalia Korj, de 68 años, dijo que tuvo que nadar para salir de su casa. "Todas mis habitaciones están bajo el agua. Mi nevera está flotando, el congelador, todo. Estamos acostumbrados al fuego (de artillería), pero una catástrofe natural es una auténtica pesadilla. No me lo esperaba", declaró a la AFP, con los pies y las manos helados tras ser rescatada por los servicios locales. Sólo pudo llevarse unas pocas pertenencias y algunos medicamentos, dejando atrás a sus dos perros y su gato. "No sé qué les ha pasado", dice.

En las calles del centro continúan las evacuaciones. Aquí, el agua llega a la altura de la cintura y cerca del Dniéper, a tiro de piedra, el nivel del agua ha subido hasta los cinco metros. "O el peligro viene de allí, o de aquí", clama Svetlana Abramovitch, de 56 años, otra vecina, señalando a lo lejos la línea del frente, donde se encuentran los cañones rusos, y luego el agua a sus pies.

Según un portavoz de los servicios de emergencia ucranianos, Oleksandre Khorounejiï, "más de 1.450 personas han sido evacuadas" de las zonas inundadas bajo su control. En el lado ruso, las autoridades han evacuado a 1.274 personas. Un número indeterminado de civiles abandonaron por su cuenta las zonas inundadas.

Un policía con el que se entrevistó Afp en Jersón, Serguiï, de 38 años, declaró: "Hoy ya hemos salvado a 30 personas, entre ellas un niño. Seguiremos trabajando hasta que hayamos sacado a todo el mundo".

Ucrania ha acusado a Moscú de "detonar" la presa, una estrategia que pretende "frenar" a sus tropas. Durante meses, Kuiv ha acusado a Rusia de socavar esta infraestructura clave en el sur de Ucrania. Moscú, por su parte, ha acusado a Kyiv de "sabotaje deliberado".

El primer ministro ucraniano, Denys Chmygal, afirmó en un discurso en un acto de la OCDE que Rusia había causado "uno de los peores desastres medioambientales de las últimas décadas". Los aliados occidentales de Ucrania lamentaron el ataque, que ha puesto en peligro la vida de civiles en una región ya maltratada por la guerra iniciada por Rusia el 24 de febrero de 2022. La Casa Blanca teme que la destrucción de la presa provoque "muchas muertes".