
Finlandia
Helsinki, sin víctimas mortales de tráfico: el verdadero secreto de la ciudad con cero muertes en carretera
La capital de Finlandia ha logrado la proeza de un año entero sin una sola muerte en sus carreteras, pero su éxito no es casualidad y revela un modelo de ciudad que ya se estudia en toda Europa

En Finlandia, el susto de una multa de tráfico va mucho más allá del mero desembolso. Allí, las sanciones son proporcionales a los ingresos del infractor, un sistema disuasorio que garantiza un impacto justo y contundente para cualquier bolsillo. Se trata de una medida de justicia que sirve como pilar fundamental de una filosofía mucho más amplia sobre la seguridad vial, una que ha permitido a su capital, Helsinki, alcanzar un logro casi impensable para otras grandes ciudades europeas.
De hecho, este enfoque punitivo es solo la punta del iceberg de una estrategia sostenida en el tiempo que ha implicado un profundo rediseño del espacio público. La ciudad ha librado una batalla consciente contra la tiranía del coche, transformando su entramado para devolverle el protagonismo a las personas. No es una cuestión de azar, sino de una política deliberada y meticulosamente ejecutada durante años.
En este sentido, una de las claves ha sido la pacificación de la circulación, estableciendo un límite de 30 kilómetros por hora en más de la mitad de las calles. La intervención, sin embargo, no se ha limitado a la señalización. También se han estrechado las calzadas, una medida que fuerza a una conducción más atenta, y se han instalado pasos de peatones elevados que actúan como reductores de velocidad naturales y mejoran la visibilidad de los viandantes.
Una apuesta por la bicicleta y el transporte colectivo
Por otro lado, la estrategia no solo busca limitar al vehículo privado, sino ofrecer alternativas viables y seguras. Para ello, Helsinki ha tejido una tupida red de carriles bici completamente segregados del tráfico rodado, creando corredores que permiten a los ciclistas moverse por la ciudad sin conflictos con los coches. Esta apuesta decidida por la bicicleta fomenta su uso masivo y ayuda a descongestionar las arterias principales.
Asimismo, esta infraestructura se complementa con un sistema de transporte público de alta eficiencia, que se presenta como la alternativa real y cómoda para los desplazamientos diarios. Reducir la dependencia del vehículo privado es el objetivo final de un modelo que entiende la movilidad como un servicio público de primer orden, invirtiendo en su calidad y accesibilidad para todos los ciudadanos.
Así pues, la suma de todas estas piezas —sanciones ejemplares, rediseño urbano, fomento de la bicicleta y un transporte público robusto— ha culminado en un éxito rotundo. Desde julio de 2024, la capital finlandesa ha cumplido un año entero con cero víctimas mortales por tráfico en sus calles. Un contador a cero que convierte el modelo de Helsinki no en una utopía, sino en un ejemplo tangible y estudiado en toda Europa.
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