La justicia francesa pone a Jean-Marie Le Pen bajo custodia de sus tres hijas

El padre de Marine Le Pen e histórico líder de la ultraderecha francesa, Jean-Marie Le Pen, ha sido puesto «bajo régimen de protección jurídica», según ha indicado el vicepresidente del Reagrupamiento Nacional, Louis Aliot, exmarido de Marine Le Pen. «Es un hombre de su edad, que está cansado. Ahora se encuentra bajo un régimen de protección legal y son sus hijas quienes participan en la gestión de sus asuntos», ha subrayado Aliot, alcalde de Perpiñán, en la emisora de radio RMC.

Esta disposición civil, comparable a una tutela, fue activada por pedido de la familia ante la Justicia después de que una visita médica constatara la ineptitud de Le Pen actualmente, que ha cumplido 95 años y a quien esperaba un próximo proceso judicial el próximo otoño sobre sus asistentes en el Parlamento Europeo. Es por ello que esta medida puede tener implicaciones jurídicas relevantes, ya que cabe que por incapacidad evite comparecer ante un tribunal que debería juzgarlo por malversación de fondos públicos al haber utilizado de forma supuestamente indebida los asistentes parlamentarios cuando era eurodiputado.

Su abogado ha querido puntualizar que esta medida de protección no es el objetivo de protección jurídica para él. De hecho, habrá una audiencia en julio para ver si Le Pen puede o no responder los interrogantes de la justicia. Jean-Marie Le Pen es uno de los encausados en ese proceso en el que se sentarán en el banquillo otros antiguos eurodiputados del FN, que luego se transformó en el actual RN, incluida su hija Marine.

Lo que sí que queda establecido es que a partir de ahora sus intereses están a cargo de sus tres hijas mujeres: Marine, diputada y abogada, Marie Caroline y Yann Le Pen, solas o en conjunto. El círculo más cercano a Jean-Marie Le Pen cuenta que su salud ha disminuido enormemente después de un ataque cerebral y cardíaco en 2023.

Jean-Marie Le Pen fue un veterano condecorado de los paracaidistas franceses de la Legión Extranjera en Indochina, Suez y Argelia. El fundador del partido de la ultraderecha gala comenzó su carrera política cuando fue elegido diputado por París en 1956 (el más joven en aquel momento) para la Asamblea Nacional francesa. En 1972 fundó el Frente Nacional pero fue a partir de los años 80 en sus feudos de la Costa Azul cuando los resultados electorales empezaron a crecer realmente.

Le Pen se presentó a las elecciones presidenciales francesas de 1974, 1988 y 1995, con mediocres resultados, sin embargo en las elecciones del año 2002 logró colarse en segunda vuelta dejando fuera al socialista Lionel Jospin en un episodio que quedó marcado a fuego en la memoria colectiva de los franceses.

La decisión judicial de su tutela se produce a dos meses de unas elecciones europeas para las que los sondeos vaticinan una gran victoria del Reagrupamiento Nacional de su hija, Marine Le Pen, y de su joven candidato, Jordan Bardella, que sacan unos diez puntos a la lista de Macron. La amenaza rusa y el papel de Francia en su apoyo a Ucrania podrían ser el eje de la campaña en las próximas semanas.

Marine Le Pen, de 55 años, se crió en el Frente Nacional, un partido indisociable de su familia y que, en las últimas décadas, ha obligado a Francia a mirarse en el espejo identitario en muchas ocasiones fomentando la culpabilidad del de fuera como origen de todos sus males de nación fracturada y de clases irreconciliables.

Con una imagen más afable que la de su padre y sin los deslices antisemitas de su progenitor, Marine ha ido normalizando al RN como un elemento más de la vida política francesa y ha conseguido que cada vez más franceses rompan el tabú de verbalizar que votan a la ultraderecha. Un proceso acelerado durante el quinquenio de Macron, pero que comenzó en cuanto Marine Le Pen tomó las riendas del Frente Nacional en 2011.

El toque definitivo lo dio en 2018, cuando cambió a Reagrupamiento Nacional el nombre del partido que había heredado de su padre y fundador. De él ya se había deshecho en 2015, al expulsarlo de la formación tras constantes comentarios antisemitas. Un parricidio político del que todavía se habla en Francia.