Terrorismo
Ofensiva yihadista para dar continuidad a los ataques de Hamas
Desde el 7 de octubre, los llamamientos en redes sociales para fomentar ataques contra occidente o intereses conexos son constantes
Se veía venir y ya lo publicó LA RAZÓN el pasado 25 de noviembre, citando a expertos antiterroristas. Los constantes llamamientos a la realización de ataques yihadistas por parte de grupos organizados, clérigos musulmanes fanatizados o, incluso, bandas vinculadas a intereses gubernamentales, no podían tener otra consecuencia que la activación de actores.--”lobos”-- solitarios o células.
El efecto de imitación de los ataques de Hamas a Israel y la legítima respuesta del estado judío, en una espiral de violencia que amenaza con prolongarse en el tiempo, ha incendiado las redes sociales con proclamas explícitas para que se ataque contra los intereses occidentales, en los que los yihadistas engloban a todos los que no les hacen el caldo o mantienen una peligrosa equidistancia que, a la postre, no va a servir para nada, ya que los terroristas son de los que “estás conmigo, o estás contra mí”.
El atentado de anoche en París, que se intentó disfrazar en un principio como obra de un trastornado pero que, conforme pasa el tiempo y se conocen las vinculaciones del terrorista con otros de su ralea parece apuntar a una autoría del Estado Islámico, sino por una orden directa, al menos por inducción. Armand Rajabpour-Miyandoab, de padres iraníes exiliados políticos, dejó un vídeo de reivindicación en el que decía pertenecer al Estado Islámico.
Lo que sí ha asumido como propio esta banda yihadista es el atentado perpetrado este domingo contra una misa católica en Marawi, en el sur de Filipinas, que causó la muerte de cuatro personas y heridas a otras 42. En un comunicado difundido a través de su canal de Telegram, la organización terrorista dijo que "los soldados del Califato detonaron un artefacto explosivo contra una gran reunión de cristianos infieles en la ciudad de Marawi mientras realizaban rituales politeístas".
Por lo que respecta al atentado de París, en el que fue asesinado un turista alemán y heridas otras dos personas, ha encendido todas las alarmas a ocho meses de que empiecen los Juegos Olímpicos. El autor, que logró ser reducido con una pistola eléctrica Taser, Armand Rajabpour-Miyandoab, de origen iraní, cuenta con un historial delictivo relacionado con el yihadismo, que le relaciona gozaba de plena libertad y no parecía pesar sobre él ningún tipo de vigilancia. Como él hay otros muchos que, cuando salen de la cárcel, tras haber cumplido condena, carecen de control, pese a que está demostrado que los centros penitenciarios son, en estos casos, focos de radicalización.
De momento, la primera ministra, Élisabeth Borne se ha reunido con los ministros de Interior, Justicia y Sanidad para abordar asuntos de seguridad. Desde el pasado 13 de octubre, cuando se produjo el anterior ataque yihadista en Arrás (norte), donde un profesor de liceo fue asesinado a cuchilladas, Francia ha activado el nivel Vigipirate (operación antiterrorista) al nivel más elevado.
Desde 2012, los atentados yihadistas en Francia han causado la muerte de 273 personas, sumando a la del sábado, y herido a 1.200, sobre todo en 2015 y 2016, cuando se trataron de ataques de mayor escala y organizados en grupo, no por perfiles que se asemejan a "lobos solitarios".
Por su parte, Dinamarca ha anunciado que las Fuerzas Armadas serán desplegadas en Copenhague para garantizar la seguridad de la Embajada israelí y las sinagogas de la ciudad a partir del 6 de diciembre. Los daneses hacen un buen análisis de la situación: "La amenaza terrorista contra Dinamarca es seria y el conflicto en Oriente Próximo ha llevado a un incremento completamente inaceptable del antisemitismo y a más incertidumbre para los judíos que están en Dinamarca", han señalado fuentes gubernamentales. Dinamarca, un país con unos 5,9 millones de habitantes, cuenta con una población judía de unas 7.000 personas, mientras que los musulmanes rondan los 250.000.
En definitiva, como informaba este periódico el pasado día 25, la fanatización entre los yihadistas es extrema extrema, hasta el punto de proclamar que están dispuestos a “acciones de martirio” (suicidio con explosivos para asesinar al mayor número de individuos) y buscar en las redes la forma de hacerse con armas.
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