Golpe de Estado en Níger

Tras los pasos del general Tchiani: ¿quién es el líder golpista de Níger?

El mandatario depuesto, Mohamed Bazoum, planeaba retirarle de su cargo al frente de la Guardia Presidencial

El general nigerino Abdourahmane Tchiani OFICINA DE LA RADIO Y TELEVISIÓN 30/07/2023
Níger.- El líder golpista nigerino Abdourahmane Tchiani: un veterano conocedor del sistema, afín a Malí y Burkina FasoOFICINA DE LA RADIO Y TELEVISIÓNEuropa Press

El general Abdourahmane ‘Omar’ Tchiani, el hombre detrás del golpe de Estado en Níger, es de todo menos un desconocido en la vida política y militar del país africano. Hasta autoproclamarse el pasado viernes como líder del Consejo Nacional para la Salvaguardia de la Patria, la junta de transición militar, Tchiani venía desempeñando desde el año 2011 la jefatura de la Guardia Presidencial, un cuerpo que integran dos millares de soldados. El nuevo hombre fuerte de Níger había sido elevado a la categoría de general en 2018 por el entonces presidente Mahamadou Issoufou.

Tras horas iniciales de desconcierto, que las voces más autorizadas sobre las luchas de poder en el seno del estamento militar nigerino atribuyen a las dudas sobre el liderazgo de Tchiani –por su proximidad al anterior presidente del país, Issoufou– entre los suyos, la asonada hace descarrilar, de sopetón, el proceso de transición democrática, el primero en las más de seis décadas de historia del Níger independiente, cuya dirección dice asumir.

El controvertido general nació hace 62 años en la región de Tillaberi, en el oeste del país, una zona cercana a la frontera con Malí. Pero poco se conoce de la faceta personal de Abdourahmane Tchiani. Formado militarmente en Senegal, en la academia de Thiès, el nuevo hombre fuerte y dictador en ciernes en Níger fue agregado militar de la Embajada de su país en Alemania. Además, participó en sendas misiones de Naciones Unidas y la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) en Costa de Marfil y en Sudán, según información de Radio France Internationale.

En 1989, Tchiani fue condecorado por su gestión en la tragedia aérea sufrida por un vuelo comercial francés que viajaba desde la capital de la República del Gongo hasta París, un atentado terrorista que costó la vida a los 170 pasajeros del avión.

En 2015 se le relacionó con el intento de golpe de Estado contra el expresidente Issoufou, aunque el nuevo líder de Níger negaría su vinculación con la trama. Seis años después, a finales de julio de 2021, Tchiani formó parte supuestamente de la unidad que frustró la tentativa golpista contra el recién elegido en las urnas Mohamed Bazoum –pocos días antes de su juramento oficial–, por lo que el a la postre presidente –depuesto la semana pasada– lo confirmó en su puesto al frente de la Guardia Presidencial.

A pesar de haber recibido el reconocimiento del ya expresidente Bazoum, medios como el semanario británico The Economist apuntan a que en los últimos tiempos el líder de la Guardia Presidencial había perdido el favor del presidente, que se planteaba relevarle del puesto. Un hecho que habría desencadenado el descontento entre sus hombres y, en última instancia, favorecido el golpe de Estado.

Desde el inicio del golpe, que ha recibido la condena conjunta de Naciones Unidas, la UE, Estados Unidos, la CEDEAO y la Unión Africana, ‘Omar’ Tchiani ha estado presente ante su país y el mundo a través tanto de la televisión como de las redes sociales, sobre todo Twitter. Ante las cámaras de la televisión nacional, el general justificó su autoproclamación como jefe de la junta militar en razón de «la degradación permanente de la situación de seguridad» –el Estado nigerino trata de contener como puede la expansión del terrorismo yihadista en la región– y «la mala gestión económica y social». «No podemos mantener la misma estrategia propuesta hasta ahora, pues se corre el riesgo de la desaparición gradual e inevitable de nuestra nación», aseveraba.

El indicio más nítido de las veleidades prorrusas y antioccidentales que encerraban el mensaje de Tchiani el pasado viernes ha sido el apoyo recibido por las autoridades de dos de sus vecinos, Mali y Burkina Faso. Después de sendos golpes militares en 2021 y 2022, las nuevas juntas en Bamako y Uagadugú gravitan en la órbita rusa después de haber forzado la retirada de las tropas europeas de su territorio en medio de la efervescencia antifrancesa.

Por si quedaban dudas sobre sus posibles planes, el pasado sábado ‘Omar’ Tchiani denunciaba una inminente intervención militar de la CEDEAO apoyada por Francia, la antigua potencia colonial, y Estados Unidos, aseverando que sus hombres lucharán «hasta la última energía», y el domingo daba las gracias a sus «compatriotas» por una «movilización histórica» a favor del golpe en un tuit acompañado de varias fotografías de manifestaciones en las calles de Niamey repletas de mensajes contra Macron y salpicadas de banderas rusas y proclamas favorables a Putin.