Salud

Ni cardiosaludable ni antioxidante: la OMS desvela el verdadero peligro de la copa diaria de vino

Durante décadas se defendió como saludable, pero la evidencia científica es hoy incontestable: cualquier consumo de alcohol es perjudicial y multiplica el riesgo de sufrir cáncer, según confirman las principales autoridades sanitarias mundiales

Consumo moderado de vino
Buscan 10.000 voluntarios para beber una copa de vino al día y comprobar si es perjudicial para la saludCC BY-NC-ND 3.0 US / Alicia Bruce CC BY-NC-ND 3.0 US / Alicia Bruce

Durante años, la idea de que una copa de vino al día era un pasaporte a la buena salud cardiovascular nos sirvió de coartada. Aquella creencia, popularizada como la «paradoja francesa», dibujaba un escenario tranquilizador que permitía disfrutar del alcohol sin remordimientos. Sin embargo, la ciencia ha terminado por desmontar esta confortable ficción, revelando que aquella teoría es un mito completamente desmentido por análisis más rigurosos.

En realidad, los estudios originales que sostenían este beneficio se basaban en graves fallos de base. El error principal consistía en meter en el mismo saco de «no bebedores» tanto a los abstemios de toda la vida como a los exbebedores. Muchos de estos últimos habían abandonado el alcohol precisamente por problemas de salud, lo que distorsionaba por completo los resultados y ofrecía un panorama engañoso que exoneraba al consumo moderado.

Por si fuera poco, la peligrosidad del alcohol no es un descubrimiento reciente. Ya en 1987, la Organización Mundial de la Salud lo clasificó como un carcinógeno de primer nivel, situándolo en la misma categoría de riesgo que el tabaco o el amianto. Desde entonces, tal y como informa Women's Health, la evidencia no ha hecho más que confirmar una relación directa con el desarrollo de, al menos, siete tipos de cáncer distintos.

En este sentido, las cifras son contundentes y reflejan un problema de salud pública de primera magnitud. El impacto es especialmente notable en el cáncer de mama, donde se calcula que uno de cada seis diagnósticos en mujeres está directamente relacionado con la ingesta de bebidas alcohólicas, una conexión que más de la mitad de la población aún desconoce.

Un riesgo sin umbral seguro

Asimismo, la postura de los principales organismos sanitarios es hoy unánime y no deja lugar a la especulación. La Organización Mundial de la Salud ha sentenciado que ninguna cantidad es segura para el consumo. A mayor ingesta, mayor es el riesgo, sin que exista un umbral por debajo del cual el alcohol ofrezca un efecto protector o resulte inofensivo. De hecho, es un factor causal en más de doscientas enfermedades y problemas de salud.

Por otro lado, se ha desterrado también la idea de que ciertos componentes, como el resveratrol del vino, pudieran compensar los daños. La cantidad necesaria de este antioxidante para obtener un beneficio relevante exigiría un consumo de vino tan elevado que resultaría tóxico. El consumo regular, incluso de dos o tres bebidas diarias, no solo puede acelerar el envejecimiento del cerebro, sino que eleva hasta en un 20 % el riesgo de desarrollar cáncer de mama. Cualquier nutriente beneficioso que pueda contener una bebida alcohólica sobrevive a pesar del etanol, no gracias a él.