Salud

Factores que pueden hacerte dar positivo en alcoholemia… aunque no hayas bebido

Dar positivo en un control de alcoholemia sin haber probado una gota de alcohol es posible, y las causas van desde un simple enjuague bucal hasta una rara enfermedad que fabrica etanol en el propio organismo

Sucesos.- Denunciado el conductor de un bus escolar en una comarca de Cáceres por triplicar la tasa de alcohol
Quienes padecen esta rara condición se ven atrapados en un estado de embriaguez inexplicableEuropa Press

Sentirse ebrio sin haber probado una sola gota de alcohol. Puede sonar a ficción, pero para algunas personas es una realidad desconcertante y, en ocasiones, peligrosa. Los síntomas son idénticos a los de una intoxicación etílica corriente: mareos, desorientación, fatiga y confusión mental. La diferencia fundamental es que la causa no está en una copa, sino en un proceso interno por el que su propio organismo fabrica alcohol de forma autónoma.

De hecho, quienes padecen esta rara condición se ven atrapados en un estado de embriaguez inexplicable, que aparece y desaparece sin motivo aparente. Esta situación no solo afecta a su vida social y laboral, sino que puede acarrear problemas legales, como dar positivo en un control de tráfico sin ser conscientes de haber cometido ninguna infracción.

Detrás de este desconcertante fenómeno se encuentra el síndrome de fermentación intestinal, un trastorno en el que ciertos microorganismos presentes en el sistema digestivo transforman los hidratos de carbono en etanol. Este alcohol endógeno pasa después al torrente sanguíneo, provocando la embriaguez. Aunque puede afectar a personas sanas, es más frecuente en pacientes con patologías previas como la obesidad, la diabetes o la enfermedad de Crohn.

Diagnóstico y tratamiento para una borrachera endógena

Afortunadamente, este síndrome tiene solución. El primer paso, y el más importante, consiste en un cambio drástico en la alimentación. Los especialistas médicos prescriben una dieta muy estricta, con una fuerte reducción de azúcares y carbohidratos. El objetivo es simple: quitarles el «combustible» a las levaduras y bacterias responsables de la fermentación para atajar el problema de raíz.

Asimismo, este plan dietético se suele complementar con el uso de fármacos específicos. Estos medicamentos ayudan a controlar la flora intestinal y a eliminar los microorganismos que causan la producción de etanol, devolviendo el equilibrio al sistema digestivo y poniendo fin a estos episodios de intoxicación involuntaria.

Por otro lado, aunque el síndrome de fermentación intestinal es una causa muy poco común, existen otros factores más cotidianos que pueden dar lugar a positivos en un control de alcoholemia. Productos tan habituales como algunos enjuagues bucales, ciertos aerosoles para la garganta o incluso platos cocinados con vino pueden dejar trazas de alcohol en el aliento y llevar a superar el límite legal, fijado en España en 0,25 miligramos por litro en aire espirado.