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¿Se puede amamantar con implantes en el pecho?

El aumento del pecho con el fin de mejorar su tamaño o su forma, es sin duda la más popular de todas las cirugías estéticas

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El aumento del pecho con el fin de mejorar su tamaño o su forma, es sin duda la más popular de todas las cirugías estéticas

El aumento del pecho con el fin de mejorar su tamaño o su forma, es sin duda la más popular de todas las cirugías estéticas. Si te has sometido a una intervención de aumento quizás te preguntes si podrás amamantar. Hasta no hace muchos años cuando alguna madre se preguntaba si podría hacerlo, la respuesta era que dependía del tipo de intervención realizada. Según donde estuviera colocada la prótesis: debajo del músculo pectoral o debajo del tejido mamario. Y dependiendo de la zona seccionada para acceder a colocar el implante, es decir, de la ubicación de la cicatriz. La incisión puede realizarse en la zona periareolar (bordes de la areola), zona intramamaria (debajo del pecho en la zona que se sitúa entre la pared pectoral y la parte baja del pecho), o en la zona axilar.

A pesar de que los implantes mamarios se vienen utilizando hace más de medio siglo, es sorprende que no haya evidencia científica concluyente de si estos suponen un impedimento o una dificultad para amamantar. Sin embargo, la información no filtrada y contradictoria que pueden encontrar las mujeres con respecto a los efectos que este tipo de cirugía puede suponer en la lactancia, resulta en la mayoría de los casos ser engañosa o inexacta, haciendo que la futura madre no inicie la lactancia por el mero hecho de haberse sometido a este tipo de cirugía. Actualmente la experiencia de otras madres intervenidas ha hecho que sepamos un poco más sobre este tema percatándonos que muchas de ellas consiguen amamantar.

La evidencia actual nos dice que el aumento de senos se asocia con una disminución del 40 por ciento de la lactancia materna exclusiva entre las mujeres que amamantan.

Durante el embarazo la glándula mamaria se prepara para la producción de leche, uno de los grandes milagros que produce nuestro cuerpo. La producción de leche está sincronizada con el embarazo, el parto y con el nacimiento del bebé. Los cambios hormonales que se producen durante la gestación son producto de la interacción de varias hormonas. Estas conducen a la proliferación de los conductos lácteos y a un aumento de las células productoras de leche en la glándula mamaria. Todo esto hará que las mamas sean sustancialmente más grandes durante el embarazo y la lactancia.

Como ya hemos mencionado, se ha observado que las mujeres con implantes mamarios tienen menos probabilidades de alimentar exclusivamente al bebé con leche materna. ¿Puede ser causa de la cirugía? ¿Acaso una condición por la que la mujer decidió someterse a un aumento de pecho? En ocasiones se opta por esta cirugía cuando presenta un pecho muy pequeño. Normalmente estos pechos tienen unas características muy peculiares, tales como senos asimétricos o con formas inusuales, un espacio intramamario ancho y areolas agrandadas. Presentan un tejido glandular insuficiente (hipoplasia mamaria) por lo que no podemos descartar que sea la causa de una reducción significativa de la producción de leche y por tanto, no es consecuencia de la cirugía.

Asimismo, la reducción en la capacidad de lactar, puede deberse a la presión que los implantes pueden ejercer sobre el tejido mamario. Originando una atrofia de la glándula o causar bloqueo en los conductos lactíferos, comprometiendo la producción o la salida de la leche, con las posibles consecuencias que esto último puede acarrear (mastitis, obstrucción de conductos; étcetera). Aunque los estudios que hay al respecto no son concluyentes, parece ser que las incisiones realizadas por vía periareolar tienen más posibilidades de afectar a la lactancia al comprometer mayor parte la inervación de la mama, y en consecuencia, ser más susceptible de convertir la lactancia en una experiencia dolorosa.

Las mujeres que eligieron realizarse un aumento de pechos pueden tener más probabilidades de abandonar la lactancia materna cuando se enfrentan a dificultades, siendo a su vez más favorables a padecer problemas como mastitis e inflamación de conductos, así como a tener una menor seguridad en su capacidad de amamantar. No obstante, no debe ser una contradicción para amamantar. Estas madres requieren de apoyo y seguimiento cercano de un profesional cualificado en lactancia para que lograr una lactancia satisfactoria y que ni ellas ni su descendencia se pierdan sus beneficios.

Pueden enviar sus preguntas aconsultalactancia@larazon.es