Gastronomía
El lujo de cenar a 125 metros de altura en el mejor lugar de París
El restaurante Jules Verne, con el prestigioso chef Fréderic Antón al mando, está situado en el segundo piso de la mítica Torre Eiffel.
Hoy muchas miradas girarán a París. Para alguna parte de la humanidad, el fútbol continúa siendo lo más importante de lo nada importante y esta noche el Paris Saint Germain, con Messi, Mbappé y Neymar, pero sin Sergio Ramos, recibe en el Parque de los Príncipes al Real Madrid en el retorno de la Champions. Quizá alguno de los madridistas que ocupe hoy las gradas del estadio parisino haya hecho una parada anterior en uno de los restaurantes más espectaculares de la capital gala. Se trata del Jules Verne, con el prestigioso chef Fréderic Antón y sus tres Estrellas Michelin al frente, que está situado, nada más y nada menos, que a 125 metros de altura, en el segundo piso de la archifamosa Torre Eiffel.
Fue reabierto en 2019 después de una polémica mediática con el antiguo cocinero, el multipremiado Alain Ducasse, y con “un concepto completamente diferente al anterior apoyado en una carta inédita”, según explicó Nicolas Poncy, responsable de comunicación de Sodexo, el restaurante Jules Verne proporciona una imbatible combinación entre la objetiva belleza de contemplar desde las alturas la Ciudad de la Luz y la sensación subjetiva de satisfacer al paladar más distinguido.
La carta del restaurante es un constante homenaje a la cocina francesa, con un impresionante desfile de esos productos que han hecho de la gastronomía gala una auténtica referencia en el mundo entero. El cangrejo, la trufa, el langostino, las aves de corral camperas y, por supuesto, el chocolate, son reverenciados por Antón y preparados para dar respuesta a los gustos culinarios más ambiciosos.
Además, el Jules Verne cuenta con una nueva decoración, que ha corrido a cargo de la diseñadora de interiores Aline Asmar de Ammán, quien así presenta su intervención en el mítico restaurante parisino. “La Torre Eiffel es la centinela de París, la fantasía arquitectónica absoluta. Alta ingeniería, audacia, ligereza, modernidad, feminidad... es la personificación del espíritu francés en toda su excelencia. He querido que la arquitectura interior del restaurante Jules Verne rinda homenaje esta ciudad y a las artes decorativas francesas, cada uno de los espacios y piezas es una referencia a la delicada fuerza de la dama de hierro y revela una historia, un vínculo profundo con la ciudad, el monumento y la gastronomía de Fréderic Antón”.
En esta última reforma no solo se premió la increíble vista que se puede disfrutar desde los ventanales del lujoso restaurante. También se adecuaron un par de salas, L’Alcôve y Le Comptoir, que ofrecen una espectacular visión del interior de la Torre Eiffel y del espectacular engranaje mecánico que mueve los ascensores que permiten subir al cielo de una de las ciudades más hermosas del mundo.
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