Violencia

Del supermercado a la calle: así fueron los minutos de pánico que Noelia de Mingo desató en El Molar

La doctora que agredió a nueve personas en 2003 es detenida e ingresada en la unidad psiquiátrica del Hospital Infanta Sofía tras apuñalar a dos mujeres

Noelia de Mingo sale en ambulancia del cuartel de la Guardia Civil de San Agustín de Guadalix
Noelia de Mingo sale en ambulancia del cuartel de la Guardia Civil de San Agustín de GuadalixAlejandro Martínez VélezEuropa Press

Era poco antes del mediodía de ayer cuando la conocida doctora Noelia de Mingo volvía a actuar. Tras apuñalar a nueve personas en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid en 2003, la mujer fue internada en un psiquiátrico por orden judicial y quedó en libertad en 2017 tras un informe favorable. Parece evidente que algo ha fallado y la enfermedad de la mujer se ha descompensado porque ayer volvió a actuar de manera casi idéntica a la que lo hizo hace 18 años: con un cuchillo y sin ningún motivo aparente. Lo hizo a eso del mediodía de ayer en el supermercado MaxCoop Unide de la avenida España de El Molar (Madrid), que hace esquina, curiosamente, con la calle Jiménez Díaz. La mujer apuñaló a una cajera y salió corriendo. Ya en la calle, agredió también a la propietaria del establecimiento alimentario, que después corrió a refugiarse en la farmacia de enfrente. Los primeros momentos fueron de mucha tensión porque la mujer seguía en la calle sin ser reducida. Lo intentó primero una patrulla de la Policía Local de El Molar.

Noelia de Mingo en un imagen de archivo
Noelia de Mingo en un imagen de archivoManuel Lorenzo.

Dos agentes lograron desarmarla y reducirla, aunque se quedó parada varios minutos en una calle con el cuchillo en la mano, ante el estupor y el miedo de muchos vecinos, que se encerraron en las casas y comercios de la zona. La arrestada fue trasladada a dependencias del Puesto de la Guardia Civil de El Molar y el arma fue localizada y pendiente de su recogida por personal especialista de Policía Judicial del instituto armado. Después fue trasladada en calidad de detenida al acuartelamiento de San Agustín de Guadalix, según informó una portavoz de la Comandancia de la Guardia Civil. Tras ser interrogada por los investigadores, los servicios de emergencias de la Comunidad de Madrid, con apoyo de la Guardia Civil, la trasladaron para su ingreso forzoso en la Unidad de Psiquiatría del Hospital Infanta Sofía.

Noelia de Mingo atacando a un policía
Noelia de Mingo atacando a un policíaRRSSRRSS

La primera llamada al teléfono del 112 se produjo a las 12:02 horas de mediodía por parte de un vecino de la zona. Cuando los facultativos del Summa llegaron al lugar, atendieron a dos víctimas. La primera y más grave era la cajera del supermercado; una mujer de 46 años fue la que sufrió heridas más graves. De Mingo la apuñaló en el hemitórax izquierdo y tras la llegada de los sanitarios fue estabiliza y trasladad desde la UVI a una zona de El Molar donde pudo llegar el helicóptero del Summa, que la trasladó al hospital Doce de Octubre de Madrid, donde ingresó con pronóstico grave.

Los facultativos también atendieron a la propietaria del supermercado que logró zafarse de la agresora en en la calle y refugiarse en la farmacia. Las heridas de esta mujer, de 53 años eran más superficiales, en la zona de la clavícula y la escápula. También requirió de traslado hospitalario y fue trasladada a La Paz, donde ingresó con pronóstico moderado, según un portavoz del Emergencias-Comunidad de Madrid.

“No constituye un peligro”

La sección 16 de la Audiencia de Madrid entendió hace cuatro años que la afectada “no constituye en estos momentos, y tras más de diez años de internamiento, un peligro para los demás ni para sí misma” en base a los informes psiquiátricos y psicológicos. Dio respuesta así a la petición que le formuló el juzgado de vigilancia penitenciaria que atendía el caso y a la vista de la coincidencia absoluta de los informes emitidos por todos los profesionales que han tenido contacto con la afectada.

Todos ellos establecieron que Noelia de Mingo padece esquizofrenia paranoide crónica, que no tiene cura, pero “se mantiene estable y no ha vuelto a presentar desde su internamiento episodios de descompensación”. También determinan que es “plenamente consciente” de su dolencia (elemento absolutamente esencial en este tipo de padecimiento) y “reconoce perfectamente los síntomas que pudieran hacerle ver que puede empeorar”.

Los especialistas también señalaron de forma unánime que se había adaptado sin contratiempos al centro psiquiátrico penitenciario y posee una “clara conciencia” del daño ocasionado. También determinaron que siguiera controlada por el psiquiatra del Hospital Infanta Sofía de San Sebastián de los Reyes, quien daría cuenta de su evolución a la Sección 16 de la Audiencia Provincial de Madrid.

El mismo profesional tendría que dar cuenta al tribunal de cualquier síntoma o elemento de descompensación que se aprecie en la afectada, sobre la que podrá adoptar las medidas terapéuticas de urgencia que fueran precisas. Como última medida de control, el tribunal estipuló que cada tres meses la Clínica Médico Forense de Madrid informara de la evolución de la paciente. “La clave, a juicio de este tribunal, para hacer compatible ese equilibrio entre necesidad terapéutica de la respuesta estatal y seguridad, está en el control, en el seguimiento puntual y razonable de la persona afectada por la medida”, expusieron los tres magistrados en aquella resolución.