Arturo Pérez-Reverte, Ray Loriga y Carlos Zanón protagonizan el Festival Doc Doc de literatura y cine documental

A los seis años, Budd Schulberg, autor de «El desencantado» y uno de los grandes novelistas americanos, acudía a los rodajes de Hollywood. Su padre era B. P. Schulberg, uno de los pioneros de la meca de los sueños y, aunque él era solo un chavalín, ningún estudio se atrevía a cerrarle las puertas. Allí conoció el calor que desprenden los focos y por primera vez supo lo que era un beso gracias a Clara Bow, una de esas actrices que hacía que los duros hombres que trabajaban en las minas volvieran a disfrutar de los sueños. Él creció entre el celuloide y los libros, entre la imagen y la palabra escrita, y, aunque sabía, como Hemingway y Faulkner, que el último héroe de una película es el guionista, también comprendía que la literatura y los filmes eran creaciones que, lejos de ser antagonistas, corrían por vías paralelas.

El Festival Doc Doc llega por primera a Madrid con la convicción de refrendar esta idea luminosa. Lo hace con una programación de documentales y escritores diseñada para atraer a cinéfilos y lectores. El pase de un documental, centrado siempre en la figura de un novelista relevante, poeta o pensador, servirá de preámbulo para una mesa redonda que disertará sobre la cinta y que estará presidida por nombres como Arturo Pérez-Reverte, Ray Loriga, Carlos Zanón, Lara Moreno, Remedios Zafra, Soleá Morente, Antonio Soler, Juan Manuel de Prada, Ángeles Caso, Pol Guasch, Manuel Jabois, Pilar Reyes y Andoni Luis Aduriz.

El Festival Doc Doc, una idea impulsada por el poeta Antonio Lucas y Gerardo Marín, es una iniciativa original que se ha propuesto maridar el cine con el verbo a través de coloquios y películas, una cartografía que siempre ha dado buenos resultados. En esta edición, la primera que se ha organizado en Madrid y que acogerá la Cineteca, estrenará dentro de su programación dos documentales inéditos en nuestro país. El primero es «Unstuck in Time», centrado en la figura de Kurt Vonnegut, autor de «Matadero cinco» y del que este año se cumple el centenario de su nacimiento. Dirigido por Robert B. Wide y Don Argott, el largometraje abarca la infancia, educación y juventud del escritor; cómo se formó, cuáles fueron sus influencias y, también, su experiencia como prisionero de guerra durante la Segunda Guerra Mundial, una vivencia que inspiraría uno de sus libros más reconocidos. Los realizadores no se detienen en este punto y enseñan también los alambicados meandros de oficios y vidas íntimas que tuvo a lo largo de su asendereada biografía hasta que alcanzó el estrellato literario.

Una gira maldita

La cinta misma, como todas las grandes leyendas, cuenta con su propia historia. Empezó a rodarse hace 39 años, cuando Robert B. Wide escribió a Vonnegut y arrancó una imprevista amistad. Una relación que refleja este documental, rodado no solo para la riada de seguidores que tiene el novelista, sino también para aquellos que deseen bucear en los procelosos días de uno de los grandes autores del siglo XX. Carlos Zenón y Ángeles Caso debatirán a continuación sobre Vonnegut y servirán de guía de «lectura» de este filme. En otra jornada, el viernes, el escritor Arturo Pérez-Reverte y la editora Pilar Reyes reflexionarán sobre Mark Twain, un autor de mente lúcida, imaginación original y humor envidiable y genial, al que se dedica otro documental, mientras el domingo, a Juan Manuel de Prada y Antonio Soler les quedará desmigar la sinuosa personalidad de James Joyce, también de aniversario este año y al que se dedica un hueco especial en esta programación. Pero, quizá, lo más esperado es «Bird on a Wire», un filme especial dirigido por Tony Palmer que se proyectará el sábado sobre la figura de Leonard Cohen. Presentada por el crítico Luis Martínez y con Ray Loriga, Lara Moreno y Soleá Morente al mando del diálogo posterior, la película da testimonio de la gira que el cantante emprendió en 1972 por Europa e Israel. Un tour de esos que están salpicados de anécdotas, en el que sucedió de todo y que el propio músico llegó a calificar de maldito. Una de esas palabras que siempre articula bien cuando se trata del mundo de la música.