Entrevista
Marta Rivera de la Cruz: “Madrid lucha por su estilo de vida. Ninguna capital tiene este relato personal”
Desde Nueva York y Dallas, la consejera ha reafirmado esta semana la apuesta del Gobierno de Ayuso por la llegada de turistas de calidad procedentes de Estados Unidos
Esta semana, Marta Rivera de la Cruz ha hecho las Américas. Con un viaje a Nueva York y Dallas, la consejera de Cultura ha reafirmado la apuesta del Gobierno de Díaz Ayuso por multiplicar la llegada de turistas procedentes de Estados Unidos, gracias también a la colaboración con Iberia y la apertura de la línea Dallas-Madrid. Reivindica, durante su entrevista con LA RAZÓN a pocos metros de Times Square, el estilo de vida de la región como su mejor atractivo y pone como prueba de ello que cada vez más gente de otros países piense en mudarse aquí. Sobre su futuro político y su posible continuidad en otro gobierno de Ayuso tras el 28-M, la única superviviente naranja de la coalición PP-Cs opta por la prudencia: «Son cosas de las que no voy a hablar porque no dependen de mí. Mi obligación es trabajar hasta el último día con la ilusión del primero. Es la única forma de sacar el trabajo adelante y contagiar de esa ilusión al resto del equipo».
¿Por qué es tan importante que el turista estadounidense de calidad llegue a Madrid?
Es un turista que llega, se queda mucho tiempo y deja en Madrid mucho dinero contante y sonante, mucho más que el turista de otra nacionalidad. Este año, los turistas americanos han dejado en la región casi 1.000 millones de euros.
¿El futuro del turismo en Madrid pasa por intentar que venga más gente o por hacer que el mismo volumen de turistas que llega actualmente sea de más calidad, pase en Madrid más días y realice más gasto por persona?
Creo que las dos vías son compatibles. Madrid todavía está preparada para para absorber a más gente, pero, sobre todo, si hacemos un buen trabajo, para atomizar ese turista. Al turista tenemos que ponerle delante una oferta que no se ciña a la almendra central, sino que se reparta por la comunidad. Primero, para que la prosperidad llegue también a todos, pero, sobre todo, para trabajar por la sostenibilidad del turismo con respecto al habitante de la ciudad. Todavía quedan en Madrid muchísimos rincones que tienen un margen de explotación turística y hay que llevar viajeros a esos sitios.
Dicen que «Madrid está de moda». ¿Qué ha cambiado en la imagen que se tiene de la región fuera de España?
Creo que, a raíz de la pandemia, la gente se ha fijado en Madrid por su postura de apertura por encima de todo y compatibilizar la salud y la prosperidad. Hemos sido una comunidad donde se ha sido muy estricto con lo que no se podía hacer, pero muy abierto con lo que sí que se podía. Eso lo que al final te da es la imagen de un lugar que lucha por su estilo de vida y la gente se pregunta: «Oye, ¿qué tiene esta gente? Yo quiero ir ahí a verlo». Nos están llegando turistas de todos los sitios. La gente quiere venir a Madrid. El otro día me contaba un productor que un socio suyo americano le dijo que le buscara un proyecto porque se quería ir a Madrid seis meses, un «búscame tú algo que me dé la excusa para instalarme allí». Personas que quieren venir a Madrid a hacer sus trabajos, que eligen Madrid para teletrabajar. Es una comunidad que tiene un nivel de vida todavía asequible para el que viene desde fuera. Lo estamos viendo estos días en Estados Unidos. Hablamos de cuánto nos cuesta una cerveza o comer aquí y cuánto en Madrid. Y todo eso hay mucha gente que lo aplica a su futuro. Quieren venir a vivir a Madrid y mucha gente quiere venir a conocer Madrid para, a lo mejor, plantearse un traslado a medio plazo.
¿Hasta qué punto fue importante la decisión que se tomó respecto a los teatros en pandemia para sostener su crecimiento actual y la imagen de la Gran Vía como el «Broadway» latino?
Esas cosas las veremos con más claridad cuando pase más tiempo y podamos analizar. Pero yo llamo la atención sobre el hecho de que durante varios meses el único lugar del mundo donde se podía ir al teatro era Madrid. Eso provocó que muchas compañías extranjeras se viniesen a estrenar a Madrid y que mucha gente que necesitaba ir al teatro, o a un concierto o al cine nos viera como la única salida. La región fue durante 2020 el único lugar del mundo donde había temporada de ópera, de conciertos, de teatro y estrenos de cine. Todo eso consolida un retrato de un lugar y eso después perdura, eso queda. Y la pregunta de «qué está pasando en Madrid» es la que se hace mucha gente.
Madrid es verdad que es referente en musicales, pero hay otros terrenos, como el de las grandes giras internacionales de grupos, en los que todavía le queda un camino por recorrer. ¿Qué se puede hacer en estos sectores?
Algo muy importante, por ejemplo, será la llegada del Primavera Sound, que ha dicho «no dejamos de estar en Barcelona, pero queremos estar también en Madrid». Eso es porque saben que Madrid es un buen destino. Evidentemente hacen falta más espacios y el Bernabéu, en ese sentido, seguramente va a ayudar, pero no olvidemos una cosa: las grandes giras internacionales son para muy pocos grupos. Estamos hablando de 10-12 grandes conciertos. El tejido musical lo hacen otros grupos y otros eventos que no son macro, o sea que no aspiran a reunir a 90.000 personas. En ese sentido, tenemos el ejemplo del WiZink, que es un recinto fantástico para conciertos, que tiene una demanda notable y que cada vez hay más gente que quiere venir y pide el WiZink dentro de sus giras.
¿Qué va a suponer la conexión aérea de Madrid con Dallas?
La facilidad para la llegada directa del turista tejano, que es un turista al que le gusta viajar y cuya motivación principal para hacerlo es la gastronomía y el ocio, cosas en las que Madrid es completamente imbatible. Pero además de eso, no olvidemos que el de Dallas ahora mismo es el principal aeropuerto de Estados Unidos. Iberia conecta Madrid no con Dallas, sino con un nodo de comunicaciones americano. El vuelo Dallas-Madrid no solamente va a dar servicio a los tejanos, va a dar servicio a toda una serie de pasajeros de otros estados que naturalmente utilizan este aeropuerto como punto de referencia para sus salidas al extranjero.
¿Madrid ha sustituido a Barcelona como referencia turística en España para los estadounidenses?
Lo que sí sabemos es que este año, durante todos los meses, Madrid fue el principal punto turístico. Eso, evidentemente, quiere decir algo. Si hablamos de Barcelona y de Cataluña, tienen una oferta turística distinta a la de Madrid. Esa comparación está cogida con pinzas porque Cataluña puede ofrecer un destino de sol y playa que Madrid no puede. Sí que es cierto que el nivel de conocimiento de Madrid y su reputación como destino mejora y eso es lo fundamental. Madrid se ha convertido también en un destino aspiracional, un lugar al que la gente quiere ir y que tiene en su radar para viajes futuros, o sea, para la persona que a lo mejor todavía no viaja porque no puede. Tenemos que trabajar para que eso siga creciendo, para que sea ese lugar que cuando tú haces una lista de deseos por cumplir, viajar a Madrid sea uno de ellos.
¿Qué atractivos ofrece Madrid que no tengan otros destinos europeos?
Primero, el estilo de vida, creo que es fundamental la vida en la calle. También los precios, que no tienen competencia: en la comunidad puedes comer en un restaurante con estrella Michelin por menos de 100 euros y eso no te pasa en ningún otro lugar de Europa. En tercer lugar, la variedad de la oferta patrimonial muy rica que se liga con una oferta de artes escénicas y de música, con el mejor teatro de ópera del mundo que está conviviendo con pequeñas salas de jazz y de pop y con un lugar de giras y de grandes conciertos. Y después hay un relato personal que tiene Madrid, que no tiene ninguna otra capital y que está muy ligado a esa política de aperturas durante la pandemia.
Respecto al deporte, ¿qué papel debe jugar en el futuro dentro de este cóctel turístico?
Aquí creo que hay dos partes: una es la celebración de grandes eventos deportivos. Un derbi, un Madrid-Atlético o un Madrid-Barcelona atraen gente y no solamente españoles, sino turistas que vienen solamente a ver el partido. Lo mismo pasa cuando se juega el Open de tenis, la Copa Davis o un campeonato de golf. Pero también está la facilidad para la práctica deportiva, que es algo que tienen en cuenta muchos viajeros a la hora de moverse. Estamos trabajando muchísimo ahora, por ejemplo, el turismo de golf, porque es un turista muy fiel que llega con el fin de practicar deporte, pero que, a partir de que cierran los campos, tiene el resto del día para hacer otras cosas. Estamos trabajando mucho con la Federación de Golf para atraer a Madrid a un turista que ahora opta en España por otros destinos.
El mercado chino está actualmente cerrado. ¿Cómo se está preparando Madrid para absorber ese volumen de llegadas cuando se reactive?
Tampoco podemos decir cuántos van a salir, pero sí estamos preparando ya tanto desde la Consejería como desde Madrid Turismo by Ifema lo que se va a hacer, las campañas que se pueden concretar y los lugares que pueden ser más atractivos. El problema de China es que no sabemos cómo se va a abrir, si va a ser de golpe o una apertura progresiva, pero sí hay que estar preparados y en Madrid se preparan aperturas, por ejemplo, de muchos hoteles de 5 estrellas para acoger a un tipo de turista como el chino, que es un turista de lujo.
Sobre la amenaza de la turismofobia, ¿les preocupa que la apertura de muchos hoteles y la existencia de focos de tensión respecto a los pisos turísticos puedan constituir el germen de un fenómeno de rechazo a los viajeros que lleguen?
Creo que es importante pensar que los hoteles que se están abriendo no son hoteles que abran donde antes había viviendas, sino hoteles que se recuperan y que se mejoran o edificios que estaban cerrados desde hace tiempo. Es verdad que en un barrio en el que una casa de vecinos es sustituida por un hotel, eso causa un impacto, pero si lo que hay es un edificio que está medio abandonado y se abre un hotel, para el barrio es enriquecedor, incluso desde el punto de vista de la seguridad. Y en el caso de las viviendas de uso turístico, estoy de acuerdo con que tienen que estar perfectamente reguladas y que hace falta una legislación nacional que deje muy claro cómo se puede compatibilizar el derecho de una persona a dar un uso turístico a su vivienda con la convivencia y con que los barrios no se desnaturalicen para que sigan siendo de las personas que viven allí.
El Gobierno de Madrid confronta a menudo con el de Sánchez. ¿Está existiendo cooperación en materia turística o cultural?
Siempre que tengo ocasión, tiendo la mano, pero mi obligación, cuando hay motivos de queja, es exponerlos. He sido muy crítica en cuanto a Turismo, con el reparto de los fondos europeos. Madrid ha sido tremendamente perjudicada, lo he denunciado y lo he hablado con la ministra tanto en las sectoriales como en los medios de comunicación. Lo seguiré diciendo, porque creo que Madrid por parte del Ministerio de Industria, en la parte que me toca a mí, que es Turismo, no está siendo en absoluto bien tratada por el Gobierno central. En el caso de Cultura cuando he tenido que decirle al ministro Iceta ahora lo que ha pasado con el problema de seguridad en los museos, lo he señalado. Además creo que eso es perfectamente compatible con la colaboración institucional cuando hay el momento de desarrollarla. Y se ha hecho desde la Consejería en otras ocasiones, pero creo que dentro de mis obligaciones, también está que, cuando yo entiendo que Madrid está siendo desatendida por parte del Gobierno central, debo denunciarlo de inmediato.
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