Entrevista

Rocío González, actriz en el parque de Atracciones: "Me metí en el pasaje del terror para controlar el miedo"

La intérprete forma parte del elenco del Pasaje de Nosferatu, una de las experiencias más intensas del Parque de Atracciones

Convertirse en vampira cada noche no es tarea sencilla, y menos cuando el miedo es parte del trabajo. Rocío González interpreta a uno de los personajes del Pasaje del Terror de Nosferatu, una de las atracciones más temidas del Parque de Atracciones de Madrid. Entre caracterizaciones, sustos inesperados y visitantes que huyen despavoridos, la actriz confiesa que su paso por el túnel del terror ha sido una forma peculiar y efectiva de enfrentarse a sus propios temores.

Halloween en Parque de atracciones de Madrid
Halloween en Parque de atracciones de Madrid La Razón

Entre vampiros y gritos: así trabaja Rocío González en el Pasaje del Terror de Nosferatu

Rocío González forma parte del elenco del Pasaje del Terror de Nosferatu, allí interpreta a una vampira que aparece al final del recorrido, encargada de ofrecer el último gran susto a los visitantes.

La actriz explica que el parque cuenta con dos recorridos, el Castillo Misterioso, pensado para familias y niños, y el Pasaje de Nosferatu, reservado a los adultos más valientes. “El de niños tiene más luz y menos efectos, pero el de adultos es más cañero”, comenta.

Recuerda que sus primeros días estuvieron marcados por los ensayos. En el infantil, todo parecía tranquilo, pero cuando llegó el turno del pasaje de adultos, el ambiente cambió por completo. “Soy muy miedosa, así que no quería pasarlo mal. Pero cuando entra el público, la adrenalina te ayuda a meterte en el personaje y se disfruta mucho más”.

“Asusto a la gente, pero a veces soy yo la que se lleva el susto”

A pesar de su papel, Rocío admite que los sobresaltos son parte del día a día, incluso para los propios actores. “Mis compañeros se esconden para asustarnos cuando vamos a nuestros puestos. Yo ya les tengo dicho que paren, porque tengo mucho miedo”, confiesa.

Cuenta también que el público puede sorprender tanto como los efectos del pasaje: “A veces la gente viene disfrazada y te pegas un susto, porque piensas que es un compañero. Me ha pasado tener que disimular en medio de una escena”.

Con más de un mes trabajando entre las sombras, Rocío ya empieza a reconocer los tipos de visitantes: “Al principio no acertaba quién se iba a asustar más. Hay personas enormes que se caen del susto y otras que parecen más frágiles, pero aguantan sin inmutarse”.

Vida de vampira: maquillaje, vestuario y control del miedo

Su personaje, una vampira clásica inspirada en Nosferatu, requiere una caracterización completa con lentillas, maquillaje y vestuario. “Tenemos unos treinta minutos para prepararnos, y aunque parece mucho tiempo, entre maquillarse, vestirse y ajustar el traje se pasa volando”, explica.

El trabajo de las maquilladoras es esencial, aunque con la práctica los actores colaboran para ganar tiempo. “Vamos aprendiendo de ellas. Ya sé hacerme parte del maquillaje mientras preparan a otra persona”, añade.

Rocío asegura que no le cuesta desconectarse del personaje al terminar. “La caracterización ayuda mucho. En cuanto me quito el vestuario, ya soy yo otra vez”.

Adaptarse al miedo cada día

Aunque ya se ha acostumbrado al ambiente del pasaje, confiesa que cada jornada comienza con la misma sensación de respeto. “Cada día me tengo que adaptar. Llego, escucho la música, el humo, y me da esa cosa rara. Luego ya me acostumbro y disfruto”.

Su papel se desarrolla al final del recorrido, donde se esconde para dar el último susto y perseguir a los visitantes durante unos segundos. La experiencia completa dura entre cinco y siete minutos, dependiendo del ritmo del grupo.

En caso de que alguien no soporte la tensión, el equipo cuenta con salidas de emergencia. “Nunca ha pasado nada grave, pero si alguien quiere salir, puede hacerlo sin problema. No obligamos a nadie a seguir”.

Un trabajo que solo existe en Halloween

El Pasaje de Nosferatu abre únicamente durante la temporada de Halloween, a diferencia de otras atracciones como "The Walking Dead", que están activas todo el año. Durante estas semanas, el parque se transforma en un gran escenario del terror donde el miedo y la diversión van de la mano.

Rocío González, que se unió al proyecto para enfrentarse a su propio miedo, lo resume con una frase que define su experiencia: “Me metí en el pasaje del terror para controlar el miedo, pero sigo asustándome cada día”.