Seguridad vial
Por qué la DGT aconseja abrochar siempre el cinturón de seguridad de los asientos traseros, incluso si no hay nadie sentado
El uso del cinturón de seguridad reduce en un 75% las probabilidades de sufrir lesiones graves en caso de accidente, pero, ¿incluso cuando el asiento está vacío?
Los cinturones de seguridad se usaron por primera vez en aviones en los años 30 del siglo pasado. Pero hoy en día, más de 90 años después, su uso en coches está completamente normalizado. Este aditamento (ahora imprescindible en cualquier vehículo), está considerado como el sistema de seguridad pasiva más efectivo jamás creado. Con él, se reduce en un 50% el riesgo de fallecer y en un 75% las posibilidades de sufrir lesiones graves.
Es por eso que el uso del cinturón de seguridad es obligatorio en la mayoría de los países, en todas las vías y trayectos y para todos los pasajeros del coche. De hecho, muchas personas se sienten tremendamente incómodas si el motor del coche está encendido y no llevan puesto el cinturón. La primera razón de esto suceda es porque se sienten "desnudos" ante la posibilidad de un accidente.
Y el segundo motivo es porque (al menos en España) no usarlo está tipificado como una infracción grave que conlleva una multa de 200 euros y la pérdida de tres puntos del carnet de conducir. Pero, ¿y si hubiera otra razón por la que deberíamos llevar puesto el cinturón no sólo en los asientos donde viaja un pasajero, sino también en los asientos vacíos?
'El efecto elefante'
La Dirección General de Tráfico recomienda llevar abrochados los cinturones de los asientos traseros, incluso si no hay ningún pasajero sentado en la parte de atrás. Las razones que da el organismo público son dos: la primera, que llevar el cinturón siempre abrochado hace que quien se vaya a sentar le preste atención al cinturón de seguridad, ya que obliga al menos a desabrocharlo… luego es posible que no se lo abroche de nuevo, pero al menos ya lo tendrá en mente.
El segundo motivo que explican desde el organismo es el conocido como ‘efecto elefante’, que en esencia consiste en que, cualquier objeto que viaje sin ninguna sujeción podría alcanzar hasta 50 veces su masa si se produce una colisión o un frenazo a 50 kilómetros por hora. En el caso que nos ocupa, esto es importante porque el macho del cinturón de seguridad es un objeto metálico que en caso de accidente podría convertirse en un auténtico y potencialmente letal proyectil.
Es cierto que el recorrido que puede hacer está limitado por el propio largo del cinturón de seguridad. Sin embargo, lo que sucede en el interior de un vehículo durante una colisión a gran velocidad siempre es incierto. Así que, si quieres que tanto tu como el resto de pasajeros del vehículo, estéis protegidos frente a los daños graves que podría causar un objeto metálico como este volando a gran velocidad por el habitáculo del vehículo, lo mejor que puedes hacer es abrochar siempre los cinturones de seguridad y, como no, conducir con precaución.
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