Medio Ambiente

Erupciones que enfrían el clima

La Gomera y Fuerteventura son las dos islas canarias geológicamente más antiguas, y por eso mismo las que menor peligro de erupción volcánica padecen. Pero el resto de nuestros afortunados territorios atlánticos vive bajo el temor constante a que el suelo eructe durante semanas un infierno de lodos candentes y gases asfixiantes. El Timanfaya, en Lanzarote, estuvo activo durante seis años seguidos. Nos olvidamos de ello con frecuencia pero la tierra se encarga de recordárnoslo cada equis tiempo rugiendo como un animal, haciendo temblar puertas y ventanas, enterrando casas, pueblos enteros, ennegreciendo de cenizas las calles y balcones de las ciudades próximas. Nos recuerda la naturaleza lo pequeños que somos ante la fuerza brutal de la tierra embravecida.

Curiosamente, aunque pueda parecer lo contrario, las erupciones volcánicas no aumentan el cambio climático, sino que enfrían el planeta al oscurecer la atmósfera impidiendo la entrada de radiación solar. En este momento, aunque no lo parezca, hay medio centenar de volcanes en actividad en todo el mundo. Un grupo de científicos de universidades norteamericanas ha escrito un artículo en Nature en el que se pide un fondo multimillonario que permita utilizar los volcanes como medio para inyectar partículas en la atmósfera, de manera que se pueda bloquear parte de la luz solar que llega a la Tierra y así disminuir la temperatura del planeta frenando el cambio climático. Por este procedimiento, la erupción del Pinatuvo, en Filipinas, hizo descender la temperatura 0,5 grados en menos de un año. Pero vaya usted a saber los efectos colaterales que podrían acarrear un experimento como el que plantean estos científicos, utilizando los volcanes a su antojo.

Hemos llegado a la actual situación por las agresiones al medio ambiente promovidas por la mano del hombre. De modo que casi mejor no inventar más soluciones galácticas artificiales de consecuencias absolutamente imprevisibles. Con la naturaleza no hay que jugar.