El trípode

Días con lo mejor y lo peor de nuestra democracia

La estrategia de radicalización y polarización política, creando muros entre los españoles, forma parte del ADN del sanchismo frentepopulista, para intentar perpetuarse en el poder

La actualidad de los dos últimos días ha dado destacados ejemplos de ambas caras de nuestra democracia; de lo mejor y de lo peor de ella. De ambas y simultáneamente, lo tuvimos en los actos en el Palacio Real y en el Congreso, conmemorando los 50 años de la restauración de la Monarquía parlamentaria como forma de Estado, presidido por el Rey Felipe VI, que condecoró con el Toisón de Oro, la máxima condecoración de la Corona, a su madre la Reina Sofía, a Felipe González y a los ponentes constitucionales Miguel Herrero y Miquel Roca. Fue un justo homenaje a la Transición y al espíritu de consenso y de acuerdo que la presidió para culminar con la Constitución «de la Concordia». Pero esa cara de «lo mejor» quedó ensombrecida ante la ausencia en esa ceremonia del Rey Emérito D. Juan Carlos I, protagonista indiscutible de esa restauración de la Corona y de la democracia. En el siguiente acto, celebrado a continuación en el Congreso y también presidido por el Rey, no asistieron –entre otros– ninguno de los socios sanchistas como una expresión pública de rechazo a la Monarquía constitucional. Conducta situada en las antípodas de aquel espíritu de consenso y reconciliación de la Transición y de la Carta Magna votada por una gran mayoría de españoles. Junto a esos ejemplos –con balance positivo pese a todo–, otra noticia mostró lo peor de nuestra democracia y qué está sucediendo con el actual Frente Popular sanchista ante la condena a «su» fiscal general y la reacción de sus socios y aliados como reacción a ella. «No te atrevas a atacar a Ayuso», afirmó el ministro Óscar López, como balance de la sentencia del Tribunal Supremo, descalificándola de esa forma como un virtual y mero acto político vengativo por parte de la Justicia. Por otro lado, la vicepresidenta comunista Yolanda Díaz la calificó directamente de sentencia «política contra la coalición progresista y feminista», lo que basta para darse cuenta de quiénes están ocupando el Gobierno de España en estos momentos. Y el concepto que tienen del Estado de Derecho y del Poder Judicial, poder independiente del Gobierno y esencial en una democracia europea y digna de tal nombre. La estrategia de radicalización y polarización política, creando muros entre los españoles, forma parte del ADN del sanchismo frentepopulista, para intentar perpetuarse en el poder. La Justicia es el principal obstáculo que hoy les impide consumar su aspiración y en ella concentran sus ataques. El sanchismo es una forma política actual de los Frentes Populares, nacidos de la Internacional Comunista en 1935 para derrotar a los fascismos. Que hoy encarna la «ultraderecha» para Sánchez.