Publicidad engañosa
La gran mayoría de los productos que se publicitan como ‘dieta mediterránea’ no lo son realmente
Existe una peligrosa tendencia a vender productos como ‘mediterráneos’... cuando no lo son. Y eso podría tener efectos perniciosos sobre la salud pública
Todos estamos cansados de escuchar que la dieta mediterránea es la más saludable del mundo. Lo hemos escuchado en innumerables ocasiones). Y es algo que sigue (y seguirá) dando mucho que hablar, porque cada año que pasa, se siguen descubriendo más y más beneficios de seguir este tipo de régimen nutricional. Por ejemplo, los datos que ofrecen nuevos estudios corroboran que adherirse a la dieta mediterránea podría protegernos frente al coronavirus y que -además- estaría asociado a una menor mortalidad en adultos de más de 65 años.
No obstante, existe el riesgo de que pensemos que estamos siguiendo “a rajatabla” los estándares de la dieta mediterránea y que, sin embargo, lo que estemos consumiendo tenga poco o nada que ver con ella. Eso es lo que han averiguado los investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y de la Universitat Pompeu Fabra (UPF); que han desarrollado un estudio en el que han analizado más de 1.700 anuncios de productos supuestamente ‘mediterráneos’, y han descubierto que solo un 12,6% de los productos que publicitan tiene realmente un valor nutricional alto.
Las palabras importan
No se trata de publicidad engañosa... pero sí poco estricta. “Según la legislación española aplicada a la publicidad, no es estrictamente publicidad engañosa, pero la ley de la publicidad data de los años ochenta y tiene grandes imprecisiones, además de ser muy vaga en determinados aspectos”, señala Mònika Jiménez, profesora del Departamento de Comunicación de la UPF.
Esta tendencia a vender como “dieta mediterránea” aquello que no lo es, se explica por sí sola. Al fin y al cabo, es tanta la promoción que se le ha dado a este tipo de régimen alimenticio, que es normal que más y más empresas se quieran sumar a la fiebre de lo “mediterráneo”. Porque esa palabra sugiere que el producto es saludable... cuando no tiene porqué ser así. “Consciente de estos beneficios, la publicidad lo utiliza como reclamo para llegar a los consumidores, pero el lenguaje engañoso puede dañar la salud de los mismos”, lamenta Mireia Montaña, profesora de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC.
Por este motivo, aún conscientes de que no se trata en rigor de ‘publicidad engañosa’, las investigadoras defienden que sería aconsejable desarrollar una regulación “más estricta” sobre este tema. Porque uno de los problemas sobre los que se pretende concienciar cuando se fomenta la alimentación basada en la dieta mediterránea, es el de la obesidad. Que se produce -precisamente- cuando se consumen productos de bajo nivel nutricional, y que además son ricos en azúcares, grasas poco saludables o sal... y si se tolera que la enfermedad se publicite con el nombre del tratamiento, lo que estaremos haciendo realmente es fomentar el problema.
¿Cuáles son las cifras?
De los 103 productos alimenticios y de las 109 bebidas analizadas, el 87,41% no alcanza el valor nutricional necesario para entrar en la categoría de ‘dieta mediterránea’. En realidad, de todos ellos, el 13,59% tenía un valor nutricional considerado muy bajo; el el 29,13% era bajo; el 25,27% obtuvo un valor nutricional medio y un 19,42 % tenía un valor nutricional medio-alto. Eso significa que solo un 12,59% podía considerarse ‘mediterráneo’.
Según las investigadoras, los productos alimenticios que más recurren al reclamo de “mediterráneo” son el tomate frito y las salsas, seguidos de las sopas y de las comidas precocinadas. Y si hablamos de bebidas, el 89 % de las que utilizaban el reclamo ‘mediterráneo’ son alcohólicas. Además, esta es una tendencia que crece cada año.
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