Salud
El consejo definitivo de los cardiólogos para evitar la fibrilación auricular, el ictus y los infartos
Un estudio de envergadura realizado en más de 15.000 personas ha descubierto una clave relacionada con una menor probabilidad de desarrollar este trastorno del ritmo cardiaco
La fibrilación auricular es el trastorno del ritmo cardiaco más frecuente y afecta a más de 40 millones de personas en todo el mundo. Se calcula que uno de cada tres europeos desarrollará esta afección a lo largo de su vida. La fibrilación auricular es un tipo de arritmia, una de las más frecuentes, que en España afecta a más de 700.000 personas.
En muchas personas, la fibrilación auricular puede ser asintomática. Sin embargo también puede provocar palpitaciones o latidos cardíacos rápidos y fuertes, sumado a la falta de aire o la sensación de debilidad. El problema de este tipo de arritmia es que este ritmo acelerado del corazón puede provocar coágulos de sangre, aumentando el riesgo de accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca y otras complicaciones.
De hecho, los pacientes con esta afección tienen un riesgo cinco veces mayor de sufrir un ictus que sus coetáneos, según un nuevo estudio que se presentará el 25 de agosto en el congreso anual de la Sociedad Europea de Cardiología, en Ámsterdam (Bélgica). El objetivo de esta investigación fue averiguar si la forma física está relacionada con la probabilidad de desarrollar fibrilación auricular.
El resultado: un 8% menos de riesgo de fibrilación
Fue un estudio de envergadura, que duró más de 10 años y en el que participaron 15.450 personas sin fibrilación auricular. Éstas fueron sometidas a una prueba de esfuerzo entre 2003 y 2012. La edad media era de 55 años y el 59% eran hombres.
La condición física se evaluó mediante el protocolo de Bruce, en el que se pide a los participantes que caminen más rápido y con una pendiente más pronunciada en etapas sucesivas de tres minutos. La forma física se calculó en función de la tasa de gasto energético alcanzada por los participantes.
Esta se expresó en equivalentes metabólicos (MET) o, lo que es lo mismo: el uso de calorías y oxígeno mientras se está sentado tranquilamente (1 kcal/kg/hora o 3,5 ml/kg/min). Las actividades ligeras (estar de pie, caminar despacio) utilizan menos de tres MET, las actividades de intensidad moderada (caminar a paso ligero) utilizan de tres a seis y las actividades de intensidad vigorosa (correr, jugar al fútbol) utilizan más de seis.
A continuación, se realizó un seguimiento de los participantes para detectar fibrilación auricular de nueva aparición, ictus, infarto de miocardio y muerte. Los investigadores analizaron la relación entre la forma física y la fibrilación auricular, los accidentes cerebrovasculares y los principales acontecimientos cardiovasculares adversos tras ajustar los factores que podían influir, como la edad, el sexo, el nivel de colesterol, la función renal, los accidentes cerebrovasculares previos, la hipertensión y la medicación.
Durante una mediana de 137 meses, 515 participantes (3,3%) desarrollaron fibrilación auricular. Cada aumento de MET (forma física) en la prueba de la cinta rodante se asoció con un 8% menos de riesgo de fibrilación auricular, un 12% menos de riesgo de ictus y un 14% menos de riesgo en general de accidente cerebrovascular, infarto de miocardio y muerte. En este sentido, podría relacionarse una actividad de moderada (caminar a paso ligero) a vigorosa como la mejor para mantener alejados estos problemas.
Los participantes se dividieron en tres niveles de forma física en función de los MET alcanzados durante la prueba en cinta rodante: baja (menos de 8,57 MET), media (de 8,57 a 10,72) y alta (más de 10,72). La probabilidad de permanecer libre de fibrilación auricular durante un periodo de cinco años fue del 97,1%, 98,4% y 98,4% en los grupos de condición física baja, media y alta, respectivamente.
El autor del estudio, el doctor Shih-Hsien Sung, de la Universidad Nacional Yang Ming Chiao Tung de Taipei (Taiwán), declaró: "Se trata de un estudio amplio con una medición objetiva de la forma física y más de 11 años de seguimiento. Los resultados indican que mantenerse en forma puede ayudar a prevenir la fibrilación auricular y el ictus".
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