Protagonistas

La voz enérgica de Alexander René Herrera

El niño y su compañero, Unai Barón, han cantado el Gordo a toda potencia

Alexander, cantando el Gordo como un tenor
Alexander, cantando el Gordo como un tenorLuis DíazLa Razón

Este año el Gordo se ha hecho esperar. Pasaban 2 minutos de las 12:00 cuando Alexander René Herrera cantaba con una voz potente y enérgica el número más esperado, el 72897. Antes de hacerlo, efectuó un gesto a su compañero Unai Barón Maldonado, para indicarle que iba a cantar un premio. Ambos se acercaron al centro del escenario, tras mostrar las bolas a la mesa, y lo volvieron a cantar a dúo, dejándose la voz, emocionados. La piel morena de Alexander y sus ojos negros contrastaban con la tez blanca de Unai, cuyos ojos claros brillaban de ilusión en esta peculiar edición del Sorteo de la Lotería de la Navidad 2020.

Ambos salieron con tanta ganas que algunos usuarios de Twitter auguraban que serían ellos los que cantaran «el Gordo» este año. Unai y Alexander estaban apoyados, además, por Fernanda Daniela Laborde y Yesica Paola Valencia, sus compañeras del Colegio de San Ildefonso, que extraían las bolas. El 72897 salió del sexto alambre de la sexta tabla, que arrojó también el primero de los cuatro premios, dotado con 200.000 euros a la serie y el sexto quinto, de 60.000 €.

La pandemia manda

Debido a las medidas de seguridad impuestas por la situación sanitaria, este año no pudimos escuchar a los niños comentando cómo se sentían en el momento de cantar los premios. La icónica rueda de prensa «improvisada» donde los pequeños suelen mostrar su alegría por repartir millones por toda la geografía española, no tuvo lugar. Tampoco hubo colas en el exterior, ni disfraces, ni ambiente en el Teatro, pero los 16 niños (la mitad que otros años) hicieron un trabajo impecable. Sin público, sin ovaciones ni aplausos, pero con una profesionalidad que supera las expectativas. El protocolo de este año, que, según informó Loterías, se lleva diseñando desde hace meses con expertos, les ha obligado a cumplir algunas rutinas. Por ejemplo, introdujeron las bolas en los respectivos alambres en dos tiempos para evitar el contacto, en lugar de simultáneamente como suelen hacer. Mantuvieron la distancia de seguridad estipulada en todo momento, e hicieron uso de sus mascarillas, salvo cuando salieron a cantar los números y los premios. Además, todos los que permanecieron en el escenario se sometieron a una prueba de antígenos.

Los profesionales del Sorteo contaron con una mampara de seguridad y, en la mesa presidencial hubo cuatro personas, y no los cinco habituales de otros años. Imágenes unicas que hemos vivido en esta inusual edición del sorteo, que este año, además, se alargó más que de costumbre, más allá de las cinco horas.

Como si se tratara de una especie de pacto para no sumar más lagrimas a las derramadas este 2020, los niños no dejaron escapar ni una lágrima, ni de emoción, ni de alegría...ni siquiera de nervios. Al menos delante de las cámaras.

Cuidado con los gestos

Además, ya se sabe, con la pandemia se impone la discreción en los gestos: ni hablar demasiado alto, ni reirse o llorar demasiado fuerte. Solo cantar se ha salvado. Y vaya que cantaron. En presencia de público, la ovación a Alexander por su gran esfuerzo entonando el 72897 hubiera estado asegurada. Su «chorro de voz» no ha habría dejado a nadie indiferente. Como curiosidad, esto se debe a que los niños y niñas que actúan en los sorteos son seleccionados entre aquellos que tienen mejor timbre de voz y demuestran una pronunciación más clara.

Junto a su «adiestramiento» en el manejo de las bolas, se les ejercita y entrena para la rápida lectura de los números, que alguna vez se enredan en sus lenguas.